Home

Gente

Artículo

Diferentes sectores de la ciudad han estado involucrados en el proyecto | Foto: .

CALI

Pintar, la mejor forma de combatir la indiferencia

El marginado sector de Terrón Colorado en Cali, está siendo pintado con llamativos colores

Juliana Jara
15 de mayo de 2013

El amor que le tiene a Cali fue una de las principales motivaciones de Sandra Freiye para intervenir el barrio conocido como Terrón Colorado, ubicado en la entrada a la capital del Valle del Cauca desde Buenaventura. Para la mayoría de los caleños, este sector es sinónimo de peligro y delincuencia, por lo cual ha terminado haciendo parte de los barrios donde la pobreza y el abandono han sido una constante.

Con once meses en labores, la fundación “Terrón Coloreado” ha pintado la fachada de unas 300 casas del sector, incluyendo la iglesia San Ignacio de Loyola que ahora es fucsia y azul. A través del color, Freiye buscó sanar el tejido social entre la ciudad y la zona, abandonada desde su fundación, hace 70 años.

La organización tiene como objetivo generar un sentido de pertenencia con la comunidad a través del cuidado de lo público, lo cual permitiría activar corredores turísticos y comerciales de cara al pacífico. Según los impulsores del proyecto, la economía podría reactivarse en el sector, ya que más personas considerarían el lugar como un parador turístico.

Sin embargo, la parte más importante del proyecto, radica en lo que se logró después de visualizarlo: la integración de los estratos socioeconómicos de la ciudad. Freiye indica a semana.com que durante la última jornada, el total de los voluntarios fueron personas jóvenes de los estratos 5 y 6.  

Al respecto, la voluntaria Gloria Arboleda afirma haber llevado a sus hijos adolescentes a las jornadas de pintura. “La experiencia ha sido muy interesante porque no se trata solamente de pintar, sino de crear un tejido social, de encontrar amigos más allá del estrato socioeconómico. Mis hijos han participado y han invitado a sus amigos del colegio a participar del proyecto”. 

Freiye afirma que el color blanco fue descartado de su selección de colores. Los creadores de la fundación buscaban llamar la atención y reflejar lo que es la ciudad: un lugar diverso, y alegre. También los mensajes de amor y paz y pequeños dibujos, acompañan los llamativos colores. 

Por su parte, la gente del barrio ha reaccionado positivamente frente a la iniciativa: “es una obra muy linda, el programa ha sido una belleza” afirma uno de los moradores del lugar. Al respecto, Arboleda dice que la gente ha sido muy amable: “siempre he salido almorzada y con regalos. La gente lo ayuda a uno a pintar y se interesan en la iniciativa”, afirma.

La iniciativa ha tenido tanto éxito, que otros sectores vulnerables de la ciudad como el distrito de aguablanca, han manifestado querer hacer parte del proyecto. 

La fundación ha recibido patrocinio de varias empresas, que apoyan con recursos a la fundación, principalmente con pintura. Estos patrocinios han generado interés en otras ciudades por el proyecto, el cual se va a replicar en tres ciudades del país: Neiva, Medellín y Pereira.