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Casey Affleck fue nominado al Premio Oscar por su participación en 'Manchester by the Sea' | Foto: ANGELA WEISS / AFP

PREMIOS ÓSCAR

Casey Affleck, ¿ejemplo del doble rasero de Hollywood?

En Manchester by The Sea su actuación descresta, pero su nominación al Óscar revive una fuerte polémica en Hollywood: su variable manera de castigar escándalos personales.

26 de enero de 2017

Si se devuelve el cassette un año, cuando Will Smith trataba de impulsar un boicot contra la organización de los premios Óscar (#OscarsSoWhite), por no haber nominado a ninguna actor o director de color, el escenario es bien distinto en 2017.

Dentro de los nominados a Mejor película para las codiciadas estatuillas en su edición 2017, que se entregarán el 26 de febrero en Los Ángeles, hay tres películas protagonizadas por actores negros (Fences, Hidden Figures y Moonlight). Denzel Washington puede llevarse un Óscar a Mejor actor (sería su segundo, tras ganar en 2002 por Training Day), Ruth Negga puede ganar Mejor actriz y, en la categoría a Mejor actriz de reparto, compiten Viola Davis, Naomie Harris y Octavia Spencer. Barry Jenkins, cuya película Moonlight ha suscitado reseñas tremendas, luchará por llevarse el premio a Mejor director.

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Pero Hollywood y su Academia de Artes no logran zafarse del escándalo ni siquiera cuando en sus nominaciones son inclusivas (esto sin quitarle mérito a los nominados). Esta vez, en el centro del debate se encuentra Casey Affleck, nominado a Mejor actor por su rol en Manchester by The Sea, uno de los grandes favoritos a llevarse el galardón que, resulta, no logra dejar atrás un oscuro episodio de su vida.

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Las muchas críticas favorables a su actuación y los premios que ha venido ganando, como el Golden Globe y el premio New York’s Critics Awards, entre otros, dan sustento a la nominación. Y esta pone su carrera en perspectiva. Affleck ha demostrado ser más talentoso que su hermano famoso (Ben), más arriesgado en sus roles, y ya había sido nominado en 2008 por su papel de reparto en The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford. Pero también había caído en desgracia tras dirigir el falso documental I’m Still Here. Su carrera era hasta ahora la de un actor familiarizado con el reconocimiento mediano y con los golpes de la industria.

Sin embargo, con la ‘buena’ prensa también ha llegado el escrutinio y la incómoda realidad. Para infortunio de Affleck, y de la Academia, cuando su vida pasa por el microscopio queda expuesto un gran lunar. Muchos optan por ignorar (o mencionan rápidamente) el que Magdalena Gorka y Amanda White lo acusaron de acoso sexual y de intimidación física, entre otros cargos, en 2010, mientras trabajaban con él en el rodaje de I’m Still Here.

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Los testimonios de estas mujeres pintan una escena difícil de digerir, la de un hombre que, según White “alentó y participó en el acoso de ambas para su desviada gratificación”, y que frente a sus quejas solo acentuó su horrible comportamiento de alusiones sexuales, acercamientos abusivos, y hasta tortura psicológica. También se negó a darles crédito, y pagarles lo acordado.

Frente a las demandas Affleck amenazó con responder la misma moneda, pero con el tiempo suavizó su postura y terminó negociando el pleito con acuerdos monetarios. También tuvo que acceder a restituir los nombres de ambas mujeres en los créditos de la producción. Si por él fuera, caso cerrado. Al respecto ha dicho que “la gente habla por hablar, y a veces, así no debería ser”.

Pero otros se empeñan en sacar a flote el incidente para denunciar la fea costumbre de ‘Hollyweed’ de aplicar un rasero distinto para famosos y no famosos, para blancos y negros, a la hora de cobrarles los pecados de sus vidas personales.

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Nate Parker puede dar fe. El actor y director vio como su obra Birth of a Nation, que lanzó en 2015 tras 8 años de producción, y tenía los ingredientes para dejar huella en la temporada de premios de 2016, fue desvirtuada por el público, la prensa y la Academia. A Parker se le acusó en 1999 de violar a una universitaria, pero tras un proceso legal lleno de fuertes ires y venires, fue absuelto. Sin embargo, 17 años después, cuando estrenó la que sería su gran película, le fue evidente que su carrera no podría separarse del todo de su vida personal, y quedó prácticamente sepultada.

A Affleck, que arregló sus reprochables conductas por dinero, estos días le llueve amor y quizás esté preparando discurso. La actriz Constance Wu no dudó en poner en riesgo su carrera (que bien vale anotar, no es muy extensa), cuando resumió públicamente la problemática. Afirmó con potente ironía en su cuenta de twitter “Hombres que acosan mujeres nominados al Óscar. Porque una buena interpretación importa más que la humanidad y que la integridad”.