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PRIMA DONNA

La mejor bailarina clásica de Europa en la actualidad, nació en Bogotá.

3 de septiembre de 1990

A pesar de su nombre extranjero, Anneli Alhanko nació en el bogotano barrio de Los Rosales. Considerada hoy una de las cinco primeras bailarinas del mundo, la historia de su vida y de su brillante carrera empieza en Bogotá. Su padre, Erkki Alhanko, diplomático de carrera y actual cónsul general de Finlandia en Bogotá, fue asignado a comienzos de los años cincuenta, como vicecónsul en la embajada de su país en Colombia. En 1954 nace Anneli, quien vive sus primeros cinco años en el barrio Los Rosales. Sus primeros amigos los tuvo aquí. Pero ocurrió algo que cambiaría su vida. Recién llegados a Estocolmo, a donde su padre había sido transferido, asistió a una presentación de Navidad durante la que, intempestivamente, aparecía un gigante y viejo Santa Claus.
La niña, sentada en la primera fila, no supo entender lo que estaba sucediendo y se asustó tanto que desde ese día enmudeció. Varios intentos de los padres por ubicarla en diferentes colegios, no lograban sacarla de su mutismo. Finalmente, sus progenitores pensaron que el trato obligado con otros niños de su edad en una escuela de ballet, le ayudaría a superar la timidez. No podían saber entonces que su instinto paternal, estaba instalando a Anelli en una meteórica carrera que culminaría hoy, a sus 36 años, en el reducido y exclusivo círculo de los mejores bailarines del mundo.

Anticipando la leyenda, fue el día que pisó por primera vez el Teatro de la Opera, cuando, sin conocer aún su inmenso talento, supo de su gran determinación. Sería bailarina. En 1963 se matriculó en una escuela de baile en Estocolmo, de donde cuatro años después, el propio Nureyev la escogió para formar parte del trio de jóvenes solistas, en su primera presentación de Cascanueces.
Pero fue sólo a comienzos de los setenta cuando el mundo la descubrió como una de las más sobresalientes promesas del ballet. De ahí en adelante la carrera de Anelli Alhanko no se ha detenido. Es quizás la única bailarina que ha dado la vuelta al mundo por correo. En 1975 la casa real de Suecia emitió una estampilla en la que aparece Anelli en una de las escenas que más reconocimiento le han brindado: Romeo y Julieta. Desde entonces su popularidad no conoció límite. A los 22 años ya se había convertido en Primera Bailarina del Ballet Real de Estocolmo. El siguiente paso fue entrar a los anales de la historia de Suecia, como la primera artista de esa nacionalidad en ser invitada a participar en las presentaciones del Bolshoi en la temporada de 1984. La obra: Ciselle.

Aunque ya alcanzó la fama y su nombre ha brillado en las carteleras más famosas de Europa y Estados Unidos, ella recuerda ese día en que el telón se elevó a sus pies para dejarla enfrentada al público más exigente y agudo del ballet, como un hito en su carrera: "Fue mi sueño desde el primer momento en que pisé un escenario. El Bolshoi es la Meca de cualquier bailarín. Me fui para Moscú una semana antes para practicar un poco. Mi gran temor era no ser capaz de cumplir las expectativas de la audiencia más exigente del mundo. Pero cuando se elevó el telón, supe que me había preocupado en vano.
Fue el momento más feliz de mi vida. . "
Esta artista, mezcla del temperamento ruso, la perseverancia finlandesa y la laboriosidad alemana, nacida en Bogotá y radicada en Suecia, removió hace poco el mundo del ballet, al firmar un contrato con Sander Gorlinsky, uno de los más imponentes empresarios de teatro del mundo. Gorlinsky, quien fuera agente de Maria Callas y actualmente representa a figuras de la talla de Rudolf Nureyev y Natalia Makarova, está seguro de haber reconocido en Anneli a "la más auténtica bailarina clásica de su generación" .

Aunque frágil en apariencia, Alhanko ha demostrado inmensas capacidades dramáticas. Cuando a los 17 años hizo su debut en Cascanueces durante la Navidad de 1971, los críticos la predestinaron a papeles líricos. Pero con los años, Anneli ha podido demostrar que, no solamente posee suficiente temperamento para realizar papeles dramáticos, sino que es capaz de una increible versatilidad. La bella durmiente, Romeo y Julieta, Gisselle, El lago de los cisnes y Miss Julie, le han brindado la oportunidad de demostrar su madurez profesional. Pero es en el Manon, de Keneth MacMillan, en donde ha brillado su habilidad para expresar los contrastes del alma humana.
En esta obra, Anneli es una novicia que deja el convento, para convertirse en una elegante prostituta. Dividida entre su ambición por los lujos materiales y los genuinos sentimientos que le inspira un joven noble, el papel le permite exhibir los desgarramientos y dudas que sufre el ser humano en el momento de tomar una decisión. Cuando se decide por sus sentimientos, es muy tarde. Ya ha vendido el alma y el cuerpo.

En la cima de su carrera, Anneli Alhanko agradece el regalo de su talento y la fortaleza que siempre ha tenido y que le ha permitido superar las innumerables dificultades del ascenso. Como clave de su éxito menciona tres palabras: perseverancia, autodisciplina y trabajo. "La buena figura es importante, pero lo esencial es el carisma, sólo que éste se tiene o no. Es imposible desarrollarlo" . Casada con un hombre de negocios y sin hijos, Anneli llega este año a los 36 y puede contar con seguir bailando, por lo menos, otra década. Para su nuevo empresario, Gorlinsky, "los mejores años de una bailarina vienen después de los 30. La esencia del baile está en la capacidad de expresión y en la habilidad para caracterizar personajes, virtudes que no encuentran su punto de madurez antes de los 30 años."
De manera que la Alhanko dará de qué hablar durante mucho tiempo en el mundo del ballet clásico y, si recuerda sus años en Bogotá como su primer encuentro con Santa Claus, es posible que, en un futuro ojalá no muy lejano, incluya en su agenda una gira por la ciudad que la vió nacer. -