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Reconocimiento póstumo

2 de julio de 2001

Todo el mundo sabe que hace mas de medio siglo hubo una guerra a muerte en la que tres de sus principales protagonistas fueron Adolfo Hitler, Winston Churchill y Dwight D. Eisenhower. Lo que nadie esperaba es que casi seis décadas después de la Segunda Guerra Mundial midieran sus fuerzas en otro campo: saber quién de los tres era mejor pintor. Aunque poco se conocía al respecto, para el líder nazi, el primer ministro británico y el comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa pintar era uno de sus pasatiempos favoritos. Pero como no pasaron a la historia por su faceta artística sino por sus hazañas militares tardíamente se reconoció su talento. Recientemente un grupo de críticos analizó las características de las obras de estos personajes. Los analistas determinaron que las obras de Hitler tienen un gran encanto y no se explican por qué razón lo expulsaron de la escuela de arte, convirtiéndolo así en un artista frustrado que se dedicó a la política y a la guerra con nefastas consecuencias para la humanidad. En este momento cuatro de sus cuadros se los están peleando varios interesados, entre ellos Billy Price, el coleccionista que publicó el libro Adolfo Hitler: el artista desconocido. Muchos se habían negado a reconocer las cualidades de sus pinturas porque pensaban que de esta manera estarían de acuerdo con su ideología. Las obras de Churchill y Eisenhower, en cambio, no son tan notables y son el resultado de una afición sin demasiados fundamentos académicos. Por eso el veredicto de los críticos fue unánime: el mejor pintor de los tres se llamaba Adolfo Hitler.