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RECUERDO NEGRO

El mejor amigo de Martin Luther King causa indignación al revelar supuestos detalles escabrosos de su última noche.

11 de diciembre de 1989

Los dirigentes negros norteamericanos están furiosos. Ralph Abernathy, un hombre de 62 años, parcialmente limitado por varios infartos y quien estuvo al lado del reverendo Martin Luther King en sus momentos más brillantes y también mientras agonizaba, víctima de varios disparos en un hotel de Memphis, en 1968, ha desatado toda clase de reacciones porque, con un libro y varias entrevistas por televisión, ha sostenido, para escándalo de todos, que la noche anterior al asesinato, el reverendo King hizo el amor con dos mujeres y golpeó a una tercera en presencia de testigos.
Estas afirmaciones, provenientes de quien era considerado el mejor amigo, el guardián de su memoria y uno de los herederos del espíritu combativo que tanto hizo por los negros durante los años sesenta, en medio de perros rabiosos y policías fornidos, han caído muy mal y algunos (entre ellos Jesse Jackson, Andrew Young y Benjamin Hooks), han acusado a Abernathy de calumnioso y de intentar "disminuir y enlodar la vida y la obra del único genio espiritual que han producido los norteamericanos". Otros dirigentes negros lo han tildado de Judas, mientras algunos pastores, desde sus púlpitos, han pedido que el nombre de Abernathy no sea pronunciado entre los negros.
El libro de tanto escándalo se titula And the walls came tumbling down y el autor, participando en el popular programa de televisión Donahue, sostuvo que esa obra es honesta, cuenta las cosas como ocurrieron y que fue testigo de cómo King, la noche anterior a su muerte violenta, pasó un largo rato con dos mujeres sucesivamente y, más tarde, desesperado por el acoso de una tercera, la golpeó violentamente y la arrojó al otro lado de la habitación del motel donde se encontraban.
El itinerario del penúltimo día en la vida de King, según su amigo, comenzó con un sermón en el Templo Masónico, en Memphis. Luego los dos acompañados por un dirigente de los derechos civiles, salieron a cenar a casa de una amiga de King. Cenaron, Abernathy y el amigo se durmieron en la sala y como a la una de la madrugada despertaron cuando King y la amiga salían de una de las habitaciones. Los tres hombres regresaron entonces al motel Lorraine, donde estaban hospedados, y se encontraron con un hermano de King, también pastor, y una mujer negra, legisladora por Kentucky, quien esperaba al líder. Este,según Abernathy, desapareció con ella en su habitación y, horas más tarde, fue despertado por el mismo King, alarmado por la histeria en que se encontraba otra mujer que había llegado. Como la discusión subió de tono, King la golpeó y lanzó por encima de la cama.
Los recuerdos del amigo sobre esas últimas horas de quien sigue siendo uno de los personajes sagrados para millones de negros norteamericanos, han despertado toda clase de reacciones. Por ejemplo, las mujeres que se vieron con King esa noche niegan que hubiera relación sexual alguna y una de ellas afirma que Abernathy ha reaccionado así porque siempre sintió celos de King, al descubrir que a su lado "no era más que una figura secundaria". Otro de los testigos de los eventos de esa noche afirma que son mentiras, que nadie golpeó a nadie ni hubo escándalo sexual alguno. Otro amigo de ambos sostiene que "Abernathy está ganándose las 30 monedas de plata contra King".
Anticipándose a las reacciones que provocaría su libro, Abernathy, quien camina con dificultad y se expresa con lentitud por los infartos sufridos, dice en el prólogo: "Lo único que puedo afirmar es que he actuado sin malicia y sin omitir nada por simple cobardía. Pienso que contando la verdad somos más justos con la memoria del pastor".
Cuando un presentador de televisión le pregunta si en el fondo no hay resentimiento contra el amigo asesinado, Abernathy dice: "No entiendo el escándalo. Los pecados sexuales son los menos graves en un hombre".