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REGRESO CON GLORIA

22 de agosto de 1994

EL MARTES PASADO FUE UN DIA MUY ESPECIAL PARA EL tenor colombiano Ernesto Grisales. Luego de 15 años de brillante trayectoria artística en Europa, por primera vez cantó en su país y recibió el nutrido aplauso de sus compatriotas en La Traviata, obra con la que se abrió la Temporada de Opera en el Teatro Colón de Bogotá.
Grisales, quien se inició en el canto cuando era monaguillo de la iglesia Santa Bárbara, de Buga, viajó a los 18 años a Madrid (España) con el sueño de convertirse en cantante de ópera. No obstante sus triunfos en las grandes salas europeas, aún era un desconocido en su país. Hace tres años le envió una carta a Gloria Zea, junto con una grabación. Ella quedó deslumbrada con su voz y viajó a la península ibérica para oírlo. "Me pareció imposible que Colombia tuviera un tenor de esa dimensión que nadie conociera", señala la directora de la Nueva Opera. Ahora no sólo Ernesto Grisales está feliz con su debut en Colombia -donde su familia lo escuchó por primera vez en un escenario- sino también el exigente público operático con su elección en el papel de Alfredo Germont.