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Rescate de alta tensión

25 de enero de 2009

El colombiano Alberto Ocampo, (derecha) simplemente pensaba divertirse cuando se lanzó el 18 de enero de un parapente en Bello, Antioquia, como solía hacerlo. Sin embargo, en esta oportunidad terminó colgado, por más de 10 horas, de un cable de alta tensión a 100 metros. El rescate parecía imposible, por lo rocoso del terreno, la niebla, la oscuridad y la altura. Ni siquiera con un helicóptero pudieron ayudarlo, pues el viento producido por la aeronave amenazaba con ahorcar a Ocampo o hacer que cayera al abismo. Mientras tanto, el parapentista sólo afirmaba que se estaba congelando y que le asustaba quedar incomunicado porque la batería de su celular estaba a punto de acabarse. Pero entonces llegó Juan Guillermo Guarín, un auxiliar operativo de EPM, quien en la madrugada subió a la torre y se deslizó más de 300 metros con una especie de bicicleta, desenredó a Alberto y lo llevó al piso sano y salvo. Como premio por su rescate, a Juan Guillermo le dieron un día libre para descansar con su hijo de 5 años. En conversación con SEMANA, Guarín contó: “Los vecinos me dicen que fue un acto de valentía y de heroísmo y mi idea fue siempre esa: rescatar a Alberto con vida”.