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Romance real

A pesar de su seriedad y del tiempo que ha dedicado a la política y la academia, el futuro primer ministro británico Gordon Brown también dedicó una buena parte de su juventud al amor y el romance.

26 de mayo de 2007

A pesar de su seriedad y del tiempo que ha dedicado a la política y la academia, el futuro primer ministro británico Gordon Brown también dedicó una buena parte de su juventud al amor y el romance. Esto lo ha dejado claro la princesa Margarita de Rumania, bisnieta de la reina Victoria, quien en recientes declaraciones al periódico The Guardian recordó la relación sentimental que la unió a Brown durante su época de estudiantes en la Universidad de Edimburgo. La princesa aseguró a ese periódico que: “Era una historia de amor sólida y romántica. Nunca dejé de amarle, pero llegó el día en que ya no me parecía conveniente: todo era política, política, política, y yo necesitaba que se ocuparan de mí”. Hasta el día de hoy los une una sólida amistad que comparten también con la esposa de Brown, Sarah Jane Macaulay. Para muchos, esta historia ha sido una verdadera sorpresa, sobre todo tratándose de un hombre de pocas palabras, que no suele recordar nombres y al que, según se rumora, su asesor ha tenido que enseñarle a sonreír ahora que ocupará el cargo más importante dentro del gobierno de Gran Bretaña.