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SALTO A OCCIDENTE

Nadia Comaneci, la mejor gimnasta de la historia, no quiso esperarse a que la perestroika llegara a Rumania.

1 de enero de 1990

Era lo que faltaba. Después de la caida del muro de Berlin, el cambio de gobierno en Checoslovaquia, las reformas adelantadas en la Republica Democratica Alemana y el diálogo entre Mijail Gorbachov y Juan Pablo II, entre otros acontecimientos que estremecieron el mundo comunista, una muchacha de 27 años, musculosa y delgada, protagonizó un acto romántico y desesperado: abandonó todas sus pertenencias en busca de la libertad.

Nadia Comaneci, la jovencita rumana que en 1976 dejo sin respiración a millones de personas en el mundo con sus movimientos gimnasticos que le valieron tres medallas de oro en los Olimpicos de Montreal, huyo de quienes la vigilaban en Bucarest, llegó a la localidad de Kiszombor, en la frontera con Hungria, y escapó. Eso fue en la madrugada del martes. Durmió esa noche en un hotel de Szeged, al sur de Hungria y a 25 kilometros de la frontera, pero a la mañana siguiente salió en un vehiculo con otras personas. En secreto. Entonces durante algunas horas se tejió toda clase de rumores. Decían que había sido secuestrada por agentes rumanos, que el gobierno hungaro la habia entregado y que los norteamericanos estaban preparando la continuación de su viaje hacia Nueva York.
Finalmente, el viernes en la mañana se sabría que el gobierno de Washington le habia otorgado la categoria de "refugiada política". Algunos comentaron que acabara como otros fugitivos comunistas, de comentarista deportiva en alguna cadena de televisión.

Para el gobierno de Rumania, el más renuente hasta ahora a aceptar cambios políticos y administrativos en su estructura estancada, ha sido un golpe negativo de publicidad y quienes conocen bien a la joven atleta contaron como el cerco era cada vez más insostenible: la vigilaban, le impedian cualquier viaje al exterior (todos los meses recibía invitaciones para asistir a distintos eventos en Europa y Estados Unidos) y aunque tenía un apartamento atractivo y un automovil deportivo, no era feliz.

La fuga que realizó con otras seis personas (se calcula que durante los dos ultimos años por lo menos 25.000 rumanos de origen hungaro han escapado a este país) debió ser preparada hasta el ultimo detalle. Amigos de la gimnasta aseguraban que los preparativos de la fuga fueron coordinados desde el exterior por su antiguo entrenador, Bela Karoly, quien desertó en marzo de 1981 y mantuvo correspondencia con ella.

Ganadora de 12 medallas de oro en campeonatos mundiales y juegos olimpicos, la Comaneci permanecio activa durante ocho años y siempre quiso ensenar en academias extranjeras.

Convertida en leyenda, practicamente no tuvo una juventud comun y corriente, sometida a una disciplina salvaje y entrenamientos que le impedian divertirse como cualquier muchacha. Hermosa, despierta, convencida de lo que representaba para el deporte socialista, en 1981 fue muy criticada porque aceptó una oferta para modelar en Londres y divirtió a todos con una parodia que entonces hiciera de la princesa de Gales, Diana, con quien guarda un lejano parecido. Al finalizar la semana no se conocia una reaccion oficial de los rumanos, mientras la muchacha preparaba sus maletas para la nueva vida que le espera en Estados Unidos.-