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San Boris

El nombre de Boris Yeltsin puede hacer pensar en el comienzo de la Rusia pos soviética, el vodka y en los grandes ‘oligarcas’ rusos.

23 de junio de 2007

El nombre de Boris Yeltsin puede hacer pensar en el comienzo de la Rusia pos soviética, el vodka y en los grandes ‘oligarcas’ rusos. Pero nada lo relaciona a primera vista con la santidad. Sin embargo, el difunto tiene miles de devotos, y solo dos meses después de su muerte, la Iglesia Ortodoxa Rusa estaría impulsando la causa de su canonización. El político ruso se habría ganado su halo celestial por haber apoyado el renacimiento religioso del país: durante su presidencia los templos y monasterios confiscados por los comunistas volvieron a ser de propiedad de la Iglesia, empezaron las nuevas oportunidades en los medios para que aparecieran canales cristianos y la religión comenzó a ser un tema permanente de la televisión, entre otras medidas. De ser así, los ‘pecadillos’ de Yeltsin, como su conocido alcoholismo, no le impedirán estar en los altares y ser un santo más en la devoción de los rusos ortodoxos.