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SARA, LA CUPLETERA

A los 60 años, Sarita Montiel sigue alborotando corazones.

12 de diciembre de 1988

Admirada por los hombres, envidiada por las mujeres e imitada por los gays, a los 60 años Sarita Montiel disfruta de su "segundo debut". Al tiempo que celebra los 30 años de "El último cuplé", lanza al mercado un disco con temas compuestos especialmente para ella por José María Cano, del grupo Mecano.
Desde hace dos años, Sara Montiel hace que Europa rememore, con un nudo en la garganta, las canciones de la película que la dio a conocer como actriz y como cantante.
La celebración de su cumpleaños número 60 en marzo pasado, reunió en el Hotel Palace de Madrid a viejas glorias de la canción con yuppies socialdemócratas y coincidió con el lanzamiento de su último disco, "Purísimo Sara", que ha estado todo el año en los primeros lugares de ventas.
La Sara de "La Violetera" nada tiene que envidiar a la de ahora. Aún pesa 57 kilos, se enjoya las manos con profusión de anillos, lleva su oscuro pelo a la cintura y grandes aros en las orejas, y coquetea a los hombres, mientras canta provocadores temas compuestos por los más cotizados músicos del pop-rock español.
Esa es la nueva Sara. Una mujer que, a pesar del calendario, haría rabiar a muchas de 30. Ella, que pertenece a la generación del legendario James Dean, es madre de dos niños menores de 10 años: Thais, de nueve, adoptada en Brasil, y Zeus, de seis, adoptado en España. Ella, que alcanzó el éxito musical hace tres décadas, ahora, tras ocho de receso, invade las discotecas con provocativas canciones y en el escenarlo atrae por igual a un público que abarca cuatro generaciones. Sin duda, una mujer excepcional.
Artísticamente hablando, Sara Montiel encarna uno de esos casos raros en los que el éxito acompaña a una figura por varias décadas. Pero los dos últimos años han sido especialmente gratos para María Antonia Abad, la hermosa hija de un vinatero manchego que hace 40 años empezó a cantar en algún lugar de La Mancha.
El año pasado, los reyes de España presidieron una función de gala ofrecida por la cupletera para recolectar fondos con destino a la lucha contra la droga. Recibió en Hollywood el "Aguila de Oro" como la artista hispana más popular en América y realizó un especial de siete horas para la televisión española, titulado "Pécame mucho". Después, en una extensa gira por Europa que finalizó hace pocos días en París, donde se le rindió un nutrido homenaje, consiguio que varias generaciones de europeos, al borde de la " furtiva", entonaran emocionados los estribillos de "La Violetera", "El Relicario" o "Nena" .
Lo que poca gente sabe es que cuando Sara Montiel fue seleccionada, en 1956, para la filmación de "El último cuplé", iba a ser únicamente la actriz que doblaba la voz de una cantante profesional. Por inconvenientes de última hora, la artista no apareció y Sara debió interpretar los cuplés. A pesar del escepticismo del director, su cálida voz, teñida de un estilo muy particular, enloqueció al público. Llevaba 10 años de carrera artística en México, cuando se dio a conocer como cantante. Su voz rescató del olvido no sólo al cuplé, sino a la música popular española de principios de siglo. Hoy Sara Montiel puede decir que vende con el mismo éxito el tema "Fumando espero", de hace tres décadas, que el reciente "Fúmame, fúmame" que el joven compositor español Gurrunchaga escribió para ella, y que interpreta con la misma coquetería de antaño.
Quien fuera la musa del poeta español León Felipe en la década de los 40, lleva 18 años de feliz matrimonio con Pepe Tous (es su tercer matrimonio), quien la sigue llamando Antonia. Un nombre que cambió en 1948 cuando obtuvo su primer papel en el cine, en "Locura de Amor". Entonces tomó el nombre de su abuela paterna y adoptó como apellido el de su lugar de nacimiento: Campo de Montiel.
Cuando uno ve a la "nueva Sara" -como ella misma se denomina- tiene la certeza de que es una mujer que posee el secreto elíxir de la eterna juventud. Cuesta trabajo creer que esa mujer sensual y provocadora del escenario, es la misma que hace no pocos lustros protagonizó un sonado romance con Marlon Brando; y que fue una de las mejores amigas de James Dean. "Teníamos la misma edad. Yo me podía haber matado con él... Tenía que ir en ese coche, pero me pilló trabajando". Fue Ernest Hemingway quien le enseñó a fumar -en 1951, para la filmación de "Piel canela"- ese puro que hoy da el nombre a su último disco.
Estilizada, moderna y bella, María Antonia Abad se siente orgullosa de ser envidiada por las mujeres, admirada por los hombres e imitada por los gays (ella, más que ningún otro personaje en el mundo, es la fuente de inspiración por excelencia en los espectáculos de la comunidad homosexual). Por eso a los 60 años asegura, sin temor, que será el espejo quien determine su retiro de los escenarios...
"Cuando yo me mire y diga: ¡Huy Antonia!, esto no puede ser (porque sé mirarme al espejo). Nena, !a casita! Entonces me haré detrás de las cámaras a hacer televisión como directora musical".