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¿Se quitó la vida?

"Gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña", fueron las únicas palabras que con voz entrecortada pudo pronunciar la princesa Letizia ante los medios, después de darle el último adiós a Erika Ortiz Rocasolano, con el apoyo de su esposo, el príncipe Felipe.

10 de febrero de 2007

"Gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña", fueron las únicas palabras que con voz entrecortada pudo pronunciar la princesa Letizia ante los medios, después de darle el último adiós a Erika Ortiz Rocasolano, con el apoyo de su esposo, el príncipe Felipe. El miércoles de la semana pasada la joven de 31 años fue hallada sin vida en el apartamento que había compartido con la futura reina de España en su época de soltera. Fue su nuevo novio quien hacia las 11 de la mañana la encontró en su cama. Al parecer, su hija Carla de 6 años, producto de su relación con el escultor Antonio Vigo de quien se separó hace algún tiempo, había pasado la noche con una vecina que solía llevarla al colegio. Los indicios recogidos por las autoridades descartaron la participación de terceras personas o que se deba a causas naturales. Aunque al cierre de esta edición no se habían explicado oficialmente las causas de la muerte, una fuente del Instituto Médico Forense de Madrid, donde se le practicó la autopsia, dijo a SEMANA que "sólo podemos asegurar que fue un suicidio", lo cual pone en una situación muy incómoda a la casa real de un país con una fuerte tradición católica. Todo indica que la causa de la muerte fue una sobredosis de tranquilizantes. Erika estaba en tratamiento siquiátrico por ansiedad y depresión y en su habitación se encontró un frasco de medicamentos vacío. Debido a su estado, la hermana de la princesa, quien según los vecinos lucía "muy delgada y triste" últimamente, había permanecido algún tiempo alejada de su trabajo en el departamento de escenografía de la productora Globomedia.