Home

Gente

Artículo

Sus padres ghaneses lo abandonaron y a los 3 años una familia italiana lo adoptó

DEPORTE

Super Mario

Con dos goles en la semifinal de la Eurocopa, el delantero Mario Balotelli pasó de ser el rebelde de las canchas al 'crack' que tiene a Italia cerca del título.¿Quién es este futbolista que se cree el sucesor de Messi?

30 de junio de 2012

El espectáculo del fútbol no son solo los goles, sino también la forma como se celebran. El brasileño Bebeto, por ejemplo, hizo historia al hacer una cuna con las manos para dedicar el tanto a su hijo recién nacido, y el camerunés Roger Milla hizo lo propio al volver su sello el baile alrededor del banderín del córner. Pero a diferencia de todos ellos, el delantero italiano Mario Balotelli, de 21 años, será recordado por rechazar este ritual sagrado del balompié. Cada vez que clava el balón al fondo de la red permanece inexpresivo. "No celebro mis goles porque es mi trabajo. Cuando un cartero entrega una carta, ¿acaso hace una fiesta?", dice.

Por eso a nadie le sorprendió cuando la semana pasada, al convertir su segundo tanto en el duelo definitivo entre Alemania e Italia, se limitó a quitarse la camiseta y, como si fuera una estatua humana, mostró sus enormes pectorales y su abdomen perfecto. Un acto de soberbia para algunos y de irreverencia para otros, que lo ven como el héroe que llevó a la selección de su país directo a la final de la Eurocopa.

"Esta es la noche más importante de mi vida", dijo después del partido. Pero no es la primera vez que prueba la gloria. A los 18 años lo fichó el Inter de Milán y se convirtió en el jugador más joven en anotar en la Liga de Campeones. Entonces, Balotelli se ganó la fama de niño prodigio pero problemático. En una oportunidad se puso la camiseta del AC Milán, el archienemigo del Inter. El chistecito le costó un regaño de su entrenador, José Mourinho, al que respondió desafiante tarareando el himno rossonero.

Y como si no fuera suficiente, en un partido ante el Barça se disgustó tanto con la hinchada que al final se quitó la camiseta y la pisoteó. Sus días en ese club estaban contados y pronto lo transfirieron al Manchester City por 28 millones de euros. Después de todo se salió con la suya, pues terminó siendo la estrella de ese equipo inglés, con el que se alzó campeón de la Liga Premier hace dos meses. Hay quienes dicen que ese éxito repentino es la causa de su rebeldía, pues llegó a la cima demasiado rápido. Como él mismo lo ha insinuado, "si Lionel Messi es el rey, yo soy el príncipe". Cree que el mundo le pertenece y por eso hace sus propias reglas.

Entre la lista de excentricidades figuran desde incendiar su baño mientras jugaba con fuegos artificiales horas antes de un partido definitivo, coleccionar multas de tránsito por más de 11.000 euros, hasta pelear con los guardias de un club de striptease.

Lo cierto es que hasta hace unos días las cámaras lo seguían por sus actuaciones polémicas y la fascinante historia de su origen. Sus padres, inmigrantes ghaneses, no podían costear las cirugías gástricas que el pequeño, de 3 años, requería, así que lo abandonaron en un hospital. Balotelli fue a parar a un orfanato y una familia italiana lo adoptó. Después de doblegar a los alemanes este jueves, se abalanzó sobre Silvia, su madre italiana, para dedicarle su victoria. Esa conexión marcaría su vida, al igual que su origen africano.

El 9 de la selección italiana ha sido víctima de insultos racistas y algunos hinchas incluso han llegado a lanzarle bananos desde la tribuna, pues lo comparan con un simio. El delantero ha denunciado esta situación ante la Fifa y lidera campañas para acabar con la discriminación. Pocos saben que tiene una faceta filantrópica y, además de involucrarse en este tipo de iniciativas, patrocina ONG como Médicos sin Fronteras.

Cesare Prandelli, el entrenador de los azzurri, está convencido de que el 'loco Balotelli' es solo un chico enfadado con la vida. Muchos lo criticaron cuando lo convocó, pero él cree ciegamente en su enorme potencial y, hasta ahora, el niño rebelde ha recompensado su confianza. Más allá de cómo le vaya en la final, seguramente seguirá dando de qué hablar, ya sea por sus goles o sus escándalos. Al fin y al cabo eso es lo que lo hace único. Como él mismo estampó en una camiseta que mostró después de humillar al Manchester United, su rival de patio: "¿Por qué siempre yo?".