Vettel, el bólido alemán

"Soy demasiado joven para comprender lo que acabo de lograr. Quizás al cumplir 60 años, cuando ya a nadie le importe, entenderé el tamaño de mi hazaña”, declaró Sebastián Vettel hace unos días. En el sofocante calor de Nueva Delhi, el veloz alemán pasó de forma espectacular a 16 contrincantes para conquistar su cuarto mundial consecutivo. Con esa victoria, el piloto de 26 años igualó en títulos al francés Alain Prost –que logró lo mismo a los 38– y se convirtió en el tetracampeón más joven de todos los tiempos.

Un mes después de semejante hazaña, el imparable teutón conquistó una nueva marca. En el Gran Premio de Estados Unidos ganó su octava carrera consecutiva y de esa forma superó el registro de Michael Schumacher y Alberto Ascari, quienes habían logrado siete victorias sucesivas. 

Con ese triunfo, el 38 de su carrera, el alemán quedó a tres de los 41 del mítico Ayrton Senna, uno de los pocos pilotos que todavía lo supera en número de victorias (ver recuadro). Ahora el alemán tiene un nuevo récord a la vista: si este domingo gana la última carrera del campeonato en Brasil, igualará las 13 victorias de Schumacher en una temporada.

Vettel nació en Heppenheim, un pueblo vinicultor de 20.000 personas a poca distancia de Hockenheim, el circuito del Gran Premio alemán. De niño tenía tres ídolos: Michael Jackson, Michael Jordan y Michael Schumacher. En ese entonces soñaba con seguir los pasos del rey del pop, pero al darse cuenta de que no tenía la voz, optó por las pistas. 

Luego de varios años corriendo en karts, a los 11 años entró al equipo junior de Red Bull, la misma escudería que intentó fichar a Juan Pablo Montoya. De inmediato el joven alemán empezó a cosechar triunfos y desde ese momento no ha frenado su ascenso a la cima del deporte. Hoy Vettel solo tiene por delante en títulos al argentino Juan Manuel Fangio, quien tiene cinco, y al héroe de su infancia, que ostenta siete.

El alemán comenzó a romper todas las marcas en 2006. Ese año, durante el Gran Premio de Turquía, se convirtió en el piloto de prueba más joven. El año siguiente se volvió el corredor con menos edad en obtener puntos en una competencia, hazaña que logró a bordo del BMW-Sauber de Robert Kubica, a quien reemplazó esa vez. Su precocidad para las marcas continuó de forma apabullante: en poco tiempo ya era el más joven en ganar una carrera, en obtener la pole position y en conquistar un mundial.

“Vettel seguirá rompiendo récords en los próximos años. Está en el mejor equipo y su talento natural para interpretar la mecánica del automóvil le ayudará a conseguir muchos títulos. Si a esto uno le suma su edad y su talento, su éxito futuro es una garantía absoluta”, le dijo a SEMANA el experto Jorge Cortés. 

Aunque sus logros suscitan muchos halagos, hay quienes creen que su dominio absoluto ha afectado negativamente al deporte, pues ya no existe la competencia que había antes. Esto lo reflejan las casas de apuestas, donde a pesar de la imprevisibilidad de la Fórmula 1, apostar por Vettel es apostar seguro.

Una de las razones que explica la marcada superioridad del alemán sobre sus rivales directos es su carro, el Redbull 9, que puede llegar de cero a 100 kilómetros en dos segundos y cuenta con el motor más confiable, marca Renault. Cuando Fernando Alonso, su rival principal y considerado un gran piloto, consiguió el segundo lugar del campeonato la semana pasada, le dijo a los medios: “Estoy contento de ser el primero de los mortales”.

Otro ingrediente clave del éxito de Vettel tiene nombre propio: Adrian Newey, el gurú de la aerodinámica. El inglés de 54 años ha sido el responsable de diseñar el carro del alemán en las últimas cuatro temporadas. Newey es el gran secreto de Red Bull, un hombre que diseña los carros a mano, sin la ayuda de computadores. 

Gracias a su personalidad meticulosa sabe leer las reglas de competencia para sacarles el mayor provecho. Aparte de los cuatro títulos que le ha ayudado a conseguir al joven, Newey fue fundamental en la victoria de uno de los pilotos de su escudería en cuatro otras ocasiones: Migel Mansell en 1992, Alain Prost en 1993 y Mika Hakkinen en 1998 y 1999.

Además de contar con estas ventajas a su favor, el alemán tiene una personalidad que busca ganar a toda costa. “Vettel es un piloto frío, fabricado para ser el número uno. Cuando se pone el casco se olvida del resto. Le pudo haber dado la más reciente carrera a su compañero de equipo Mark Webber, quien se retira al final de la temporada, pues Vettel ya había ganado el mundial. Pero él no da oportunidades, solo piensa en ser el mejor”, opina Cortés. 

En el Gran Premio de Malasia celebrado en marzo el alemán hizo caso omiso a las órdenes de su escudería y superó a Webber arriesgadamente para ganar la carrera. Aunque justo después del episodio ofreció disculpas, en la siguiente competencia se reafirmó: “Puede que esta vez sea diferente, pero lo más probable es que lo vuelva a hacer.”

La Federación Internacional de Automovilismo cambió las reglas de juego. En la temporada 2014 los motores serán más pequeños y tendrán turbo, una decisión que apunta a que los vehículos sean más parejos. 

De esta forma pilotos como Alonso y Lewis Hamilton podrán disputarle el título a Vettel e intentar romper la monotonía que ha plagado el deporte en los últimos años. Aun así no será fácil vencer al alemán, quien con su insaciable apetito sigue siendo el candidato número uno para devorar las pistas y los récords del próximo año.