Home

Gente

Artículo

Un monetarista "bacán"

Con su pinta de hippie trasnochado, Oscar Marulanda ingresa a la Junta Directiva del Banco de la República.

8 de marzo de 1993

LA SEMANA PASADA Y LUEGO DE BARAJAR nombres durante un mes, el Presidente de la República se decidió por Oscar Marulanda Gómez para ocupar la vacante que dejó Néstor Humberto Martínez en la Junta Directiva del Banco de la República.
Marulanda, una de las fichas claves de los últimos tres gobiernos en materia de deuda externa, es lo que a muchos les parece un hippie trasnochado. Y es que a primera vista nadie se imaginaria que este personaje, buen mozo, pelo largo, corbatas pintadas a mano quizá las únicas que pueden llegar a escandalizar a Rudolf Hommes- y facha descomplicada, es una autoridad en los temas económicos.
En el fondo, detrás de este economista, con cara de Cristo, lo que hay en realidad es un hombre un poco neurótico, trabajadicto, callado, tímido, y pereirano y amante del tenis, como sucede con quienes rondan al Presidente.
Marulanda está en Washington, donde se desempena desde 1991 como director ejecutivo por Colombia y Perú ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Regresará a finales de este mes para ingresar al selecto grupo del que hacen parte María Mercedes Cuellar de Martínez, Carlos Ossa Escobar, Roberto Junguito Bonnet y Miguel Urrutia Montoya, y materializar el primer cambio en el equipo que maneja las políticas monetaria, cambiaria y crediticia del país desde que la Constituyente elimino la Junta Monetaria.
Sus conocimientos sobre economía los obtuvo luego de graduarse de ingeniero civil en la Javeriana.
Primero tomó cursos en Los Andes y después hizo un master en la Universidad de Georgetown. Comenzó en Planeación Nacional, pero después armó rancho aparte con Oficel, una oficina de consultoría donde adelantaba investigaciones socioeconómicas y legales.
En 1984, cuando Roberto Junguito era ministro de Hacienda, se vinculó oficialmente con el Gobierno como asesor de la cartera.
Desde entonces, y hasta su vinculación con el BID, se convirtió, junto con Luis Jorge Garay, en el encargado de gestionar los créditos internacionales y manejar todo lo relacionado con la deuda externa del país.
Pero a pesar de su hoja de vida, lo que parece haber convencido al Presidente fue su posición con respecto a la apertura. Hace ya más de un año, y durante una reunión en la que el Consejo Nacional de Política Económica y Social deliberó sobre el proceso, se enfrentaron Ernesto Samper, quien proponía una apertura de mediano plazo; Rudolf Hommes, quien estaba a favor de una cierta gradualidad, y Marulanda, quien pedía una acción acelerada. Al principio la posición de Marulanda se consideró una locura. Pero al poco tiempo el Gobierno adoptó su punto de vista.
En materia económica Marulanda es de la línea de la actual administración, por lo que se preve que adelantara una buena gestión en el Emisor.