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UN SACERDOTE DE ARMAS DEJAR

Todo indica que monseñor Héctor Fabio Henao era el garante apropiado del pacto de paz entre el Gobierno y dos milicias populares de Medellín.

21 de marzo de 1994

EL NOMBRAMIENTO DE MONSEÑOR HÉCtor Fabio Henao Gaviria como testigo-tutor del pacto de diálogo entre el Gobierno y dos milicias populares de Medellí, era apellas lógico. En eso estuvieron de acuerdo no sólo quienes firmaron el documento del martes de la semana pasada en la capital de Antioquia, sino la Conferencia Episcopal Colombiana, que lo designó como garante de los compromisos.
Henao, un paisa de 41 años, reúne características apropiadas para esa misión. En primer término, representa la nueva imagen del clero de Medellín -presidido por el arzobispo Héctor Rueda Hernández- que dejó cierta arrogancia del poder para hacer énfasis en su contacto con la comunidad y en solucionar sus problemas apremiantes.
En segundo lugar, cuenta no solo con la preparación indicada para entender conflictos de este tipo, toda vez que estudió sociología en la Universidad Gregoriana, de Roma, sino con un temperamento que, según Jorge Orlando Melo, consejero presidencial para Medellín, "es equilibrado y con una tremenda capacidad de concertación" .
Pero no le va a tocar nada fácil. De conformidad con el pacto del martes de la semana anterior, las Milicias Populares del Pueblo y para el Pueblo y las Milicias Populares Independientes del Valle de Aburrá comprometieron a sus 400 hombres a desarmarse y desmovilizarse el 8 de marzo, a cambio de ser reincorporados a la vida civil y de la atención estatal en las áreas donde estas bandas ejercen su influencia, áreas de las que no se irán.
Para lograr esta atención del Estado, próximamente se llevarán a cabo reuniones entre los milicianos, y representantes de los sectores público y privado, con el fin de estudiar la forma como se realizará la inversión social, así como el grado de participación que adquirirán los empresarios locales en la generación de empleo y el impulso de proyectos.
Pese a todo, se calcula que aún falta mucho para hacer la paz con otros 4.000 milicianos en Medellín y sus alrededores. Porque si bien se consiguió con las Milicias Populares del Pueblo y para el Pueblo -originadas en ex integrantes del EPL y el ELN- y con las Independientes del Valle de Aburrá -con raíces en la Corriente de Renovación Socialista-, queda por pactarla con ocho más. Allí se cuentan las Populares de Occidente, las América Libre, las Populares Revolucionarias, las Bolivarianas, las del Pueblo Unido y Milicias El Sol, las Che Guevara, las 6 y 7 de Noviembre, y los llamados Comandos Obrero Populares.
En este proceso, primero en su género en Colombia y que busca mejorar la situación de una ciudad en la que ha habido 45.000 homicidios en los últimos 10 años, tendrá mucho que ver monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, cuyo reciente nombramiento lo ha convertido en un prelado importante: un sacerdote de armas dejar.