Home

Gente

Artículo

Desde muy joven, Manolo Bellon fue un coleccionista empedernido de todo lo que tuviera que ver con el rock. Compraba todas las revistas, libros y discos que lograba encontrar. Entonces era dificil y casi todo era extranjero.

antología

Una historia vivida

El 'disc-jockey' Manolo Bellon lanza su nuevo libro 'El ABC del rock', una extensa mirada a todo lo que ha pasado en el mundo de la música popular en los últimos 60 años.

8 de septiembre de 2007

Cuando Manolo Bellon tenía 8 años, su profesora de piano le dijo a su mamá, Luisita, que dejara de gastar la plata en clases porque él no tenía el más mínimo sentido musical. En sólo seis meses la maestra había desistido de su alumno. Y aunque hoy parezca una ironía, el destino le estaba avisando que a pesar de que su vida sería la música, él no se convertiría jamás en un intérprete. El periodista Gustavo Gómez escribió la mejor explicación en el prólogo del nuevo libro de Bellon, El ABC del rock. Todo lo que hay que saber, que estará en librerías a partir de este lunes: "Los 'disc-jockeys' como Manolo han sabido siempre que su oficio es ser el oído del mundo".

Además de ser una de las voces más famosas y reconocibles de la radio colombiana, este hijo de inmigrantes alemanes ha tenido la oportunidad, en sus 58 años, de vivir en carne propia la historia del rock. Aun recuerda las primeras veces que escuchó Rock around the clock, de Billy Haley & The Comets, Jailhouse Rock y Heartbreak Hotel, de Elvis Presley y Sh-boom del grupo canadiense The Crewcats. "En mi casa se escuchaban los clásicos Schubert, Beethoven, Mozart, Liszt. Cuando eventualmente había música popular, era la de los hermanos Strauss. Y a veces uno escuchaba la música que ponían las empleadas en 'Radio Metropolitana', sobre todo rancheras, dijo a SEMANA. Entonces cuando oí por primera vez esta nueva música... ¡huy!, eso me dañó el coco".

Recuerda cuando en 1964 escuchó por primera vez I wanna hold your hand, de The Beatles. Iba en el Volkswagen blanco de su mamá cuando del radio salieron las voces de John, Paul, George y Ringo. Sintió que esa música que tanto le fascinó, que las guitarras rasgadas y las voces rebeldes que cantaban de amor adolescente estaba hecha especialmente para él.

Un par de años más tarde empezó a estudiar veterinaria, pues los animales son su otra gran pasión, pero pronto se dio cuenta de que esa no era la carrera que quería seguir. Sufría mucho con las clases de anatomía, y la idea de lastimar a los terneros que usaban le quitaba el sueño.

Desde 1969 había empezado a hacer sus pinitos en radio. Pero fue en 1972 cuando le ofrecieron su primer contrato en Radio 15, de Caracol, que decidió replantear su vida y decirle a su mamá que quería volverse disc-jockey igual que su ídolo Jimmy Raisbeck. Luisita quedó consternada, le dijo que de eso no se podía vivir, y que en la radio no trabajaba gente decente. Pero la convicción de Manolo era total. "Es una de esas instantáneas que le quedan a uno en la vida. Yo todavía veo a mi mamá sentada en el sofá de la sala y yo en un sillón en frente de ella. Me mira directo a los ojos y me dice, 'igualito a tu papá'. En su voz había una mezcla de preocupación y de orgullo", recuerda con nostalgia. El espíritu de lucha por sus ideales, en efecto, lo había heredado de su padre, Waldemar Bellon, quien fue activista de la oposición contra el régimen de Hitler y alcanzó a salir de Alemania con su esposa en 1938.

"Los 'disc-jockey' eran parte vital del 'rock and roll'... podían ser tan importantes como la música que tocaban. El impacto que producían era tal, que movían más gente que los líderes religiosos y cívicos y, por supuesto, eran más influyentes que los padres", escribe Manolo en El ABC del rock, en el cual dedica espacio a resaltar la labor de los lanza discos, los cuales casi siempre son pasados por alto en las grandes recopilaciones sobre uno de los fenómenos culturales más importantes de la historia. "Después de que publiqué el libro de The Beatles hace cuatro años empecé a escribir como por 'mamar gallo' de cuando en cuando algo de la historia del rock porque creía que ese era el camino a seguir". El libro nació después de una ardua investigación en la que debió volver a oír toda la música con la que creció y también la que luego él mismo programó y dio a conocer.

Incluye también la historia de este género en América Latina y España, que va desde Enrique Guzmán, El Dúo Dinámico y Los Speakers, hasta Shakira y Juanes, pasando por Soda Stereo. "A mí me preocupa que nuestra historia musical se siga perdiendo. Hay pedacitos por aquí y por allá que se han recopilado en el vallenato con investigaciones serias. Pero de lo que es música contemporánea, de la Nueva Ola para acá, prácticamente no hay nada.. Y espero que ese sea mi próximo proyecto. Si alguien no se me adelanta, a mí me gustaría tener el tiempo para investigar, recopilar y contar la historia del rock y el pop en Colombia", cuenta Bellon.

En 38 años de trabajo ha tenido la oportunidad de 'pegar' a muchos artistas y de entrevistar a otros más. Algunos aseguran que fue él quien impuso la música disco en los 70 en Colombia, y él reconoce que tenía un gusto especial por los Bee Gees y los ponía bastante. Y aunque no siempre acertó en sus predicciones, pues por ejemplo en los 80 aseguró que Madonna era simplemente un obligo desechable, sí era capaz de reconocer los talentos especiales. Por eso a principio de los 90, después de ver a Shakira en una presentación privada antes de que sacara su primer disco, quedó tan impactado, que escribió sobre ella en 'Lecturas Dominicales' de El Tiempo. "La falta de empresarios, de artistas, entre otros factores, han hecho que Colombia sea más conocida por los conciertos que hace con artistas internacionales que por nuestra propia música. Pero de pronto esta situación cambia. Shakira hace pensar que esta vez sí".

A este piscis, al que le encanta el amarillo y ama el rojo de su Santa Fe, no sólo lo apasiona la música. Le gusta también la historia y lo deja claro al entretejer los episodios del rock con lo que estaba pasando en el mundo en ese momento. Pues, como repite una y otra vez, los acontecimientos nunca son aislados. Además se preocupa mucho por los temas ecológicos y la contaminación. Los días de pico y placa camina de ida y de vuelta los siete kilómetros que separan su casa de las instalaciones de Caracol Radio. De gustos sencillos, su idea del nirvana es una torta de chocolate, con salsa y helado del mismo sabor. Los amores de su vida son su esposa Claudia, con quien lleva 28 años de matrimonio sus hijas Jessica y Jennifer, y su perro Schatzi (tesorito, en alemán) a quien tiene de foto principal en su celular.

Después de toda una vida dedicada a la música y de más de tres años sumergido en esta investigación, aún no ha logrado encontrar una explicación definitiva de qué es el rock. "Es mucho más que simplemente música. Pero hasta los puristas se engolosinan, porque nadie sabe definirlo. En conclusión, el rock es todo", asegura. La verdad es que esa música es actitud y Manolo la tiene. Lo demuestran su visión positiva de la vida y la alegría con que habla, gesticula y lanza palabras sonoras para aclarar un punto, como sniff cuando está triste y plop cuando está emocionado. Sigue siendo el joven medio hippie que le pidió a su mamá que lo dejara tener el pelo largo, y que usaba la radiola de la casa para poner la música de Bob Dylan y los Rolling Stones.