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Una novela y un celular

Ni el crimen más perfecto resiste que el supuesto asesino lo narre en una novela, así quiera hacerlo pasar por ficción.

8 de septiembre de 2007

Ni el crimen más perfecto resiste que el supuesto asesino lo narre en una novela, así quiera hacerlo pasar por ficción. El escritor Krystian Bala cuenta en su libro Amok cómo un hombre que fue torturado muere tras ser lanzado luego al río Oder con las manos atadas. Como comprobó la Policía polaca, en diciembre de 2000 fue encontrado el cadáver de Dariusz Janieszewki en ese mismo río y con iguales características. Aunque el asesino no dejó rastros, y la Policía no encontró pista alguna, después de que fue publicada la novela de Bala, el dedo acusador apuntó hacia él. El autor aseguró que "el libro no tiene nada que ver con ese crimen ni con mi vida", pero se llevó una gran sorpresa cuando los detectives descubrieron que había llamado a Janieszewki pocas horas antes de su muerte y que Bala había vendido el celular de la víctima por Internet pocos días después. Al parecer, se trató de un crimen pasional, pues el novelista y filósofo creía que la víctima mantenía un affaire con su esposa.