ENTRETENIMIENTO
Wagner Moura, el Pablo Escobar de Netflix
El actor brasileño tuvo que subir 20 kilos para poder personificar al narco más determinante de la historia colombiana.
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Al recibir el papel, lo primero que pensó fue: "¡Estoy jodido!", dijo
entre risas el conocido capitán Nascimento, el policía honesto de las
películas "Tropa de Élite", en una entrevista.
El actor brasileño no hablaba español y poco conocía del mayor narco de la historia.
"Recuerdo haber visto en televisión las bombas en Bogotá, recuerdo mucho
las imágenes de Pablo muerto en el tejado de la casa porque es una
imagen muy fuerte para un niño, un tipo gordo en un tejado. Sabía
prácticamente nada, lo que aprendí sobre Pablo vino cuando resolví hacer
el personaje", explicó este actor brasileño de 39 años.
Sin saber si recibiría el papel, Moura se internó seis meses en Medellín
para estudiar el idioma y recorrer sus calles, buscando recoger la
visión que aún había de 'El Patrón'.
Y el rústico acento paisa que allí adoptó se ha 'portunholizado' ahora
que no tiene más los bigotes o el cabello peinado como Escobar, aunque
aún lucha por perder los 20 kilos que ganó para el papel.
Después de evocar este duro capítulo de la llamada guerra contra las
drogas, no tiene dudas de que "las drogas deben ser legalizadas", dijo,
recordando que el capo también pensaba así.
La serie se llama 'Narcos' y en una semana comenzará a ser transmitida por la plataforma de videos por streaming.
De capitán Nascimento a Pablo Escobar, dos historias muy diferentes,
pero ambas sobre narcotráfico. ¿Cómo se relacionan estos dos personajes?
Son bien diferentes. No consigo ver desde la perspectiva de un
narcotraficante y la de un policía. Para mí son dos tipos, cada uno con
su universo, con su humanidad.
¿Y encontró la de Escobar?
Pablo era un tipo malo, pero era una persona, tenía hijos, una esposa,
amigos, ese es el material que usé para recrear el personaje. Incluso
Pablo murió por eso, porque estaba hablando con su hijo en el teléfono,
sabía que la llamada podía ser interceptada por los americanos y aún así
siguió hablando.
Hay incluso quien lo llamara 'Robin Hood'...
Si vas al barrio Pablo Escobar en la periferia de Medellín, que es el
barrio donde construyó casas para las personas, en las paredes
encuentras fotos con la cara de Pablo y al lado la del niño Jesús. En
Colombia hay un antes y un después de Pablo, y hoy los colombianos
tienen una visión muy crítica, pero también hay muchos que lo veneran.
¿Qué fue lo primero que pensó cuando supo que sería Escobar?
¡Estoy jodido! [risas]. No, lo que hice fue ir a Colombia, ya había
comenzado a tomar clases en Rio porque no hablaba nada de español, pero
era con un profesor argentino, entonces hablaba algo tipo: "sho soy
Pablo Escobar, sho hablo español".
¿Y cuánto antes de la filmación se fue a Medellín?
Seis meses antes. Me matriculé en la Universidad Bolivariana y me quedé
tomando clases de español en la mañana y en la tarde. Leía mucho además
sobre Pablo, hay una bibliografía extensa. Todo esto lo hice incluso
antes de que Netflix me contratara. Pensé que si decidían contratar a un
colombiano al menos aprendería otro idioma.
¿Es una historia sobre Colombia contada con ojo extranjero?
El narcotráfico es una realidad para todos los países latinoamericanos,
que sufrimos con la política dominante de la lucha antidrogas que viene
de Estados Unidos, y la serie cuenta precisamente cómo eso comenzó, cómo
se involucraron en esa guerra antidrogas, la financiaron, la
convirtieron con los años en una guerra equivocada, especialmente para
nosotros porque aquí es donde la gente está muriendo.
¿Cómo debe ser encarado entonces el problema?
Yo creo que las drogas deben ser legalizadas, es mi opinión. ¿Cómo
deberían ser legalizadas? ¿De qué forma? No lo sé. No se trata de
liberar, de ir a la farmacia y comprar heroína. Los diferentes tipos de
droga deben ser tratados como casos diferentes, pero ese es un proceso
indetenible. La Corte Suprema de Brasil vota el consumo de marihuana;
Uruguay ya dio un paso gigante.
¿Después de Escobar, ha habido otro igual?
Aún en la época de Pablo, era una persona diferente, no era el típico
narcotraficante que trabaja en las sombras. Quería ser amado, aceptado,
era una personalidad compleja. Incluso Pablo decía que las drogas serían
legalizadas, que sería un proceso de 40 o 50 años, y los narcos se
convertirían en empresarios.
¿Sintió en estos 10 capítulos algo de ese poder del 'Patrón'?
¡Un poquito!