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Cifras alarmantes de violencia contra la mujer en el Atlántico

El delito de feminicidio y de violencia contra el género femenino se incrementa en el departamento del Atlántico, y los investigadores locales se unen a las autoridades con el fin de diseñar estrategias para combatirlo.

15 de junio de 2017

El género femenino está en peligro. Un informe de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, conocida como ONU Mujeres, publicado en 2016, señala que, en el mundo, una de cada tres de ellas ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida. 

De acuerdo con la investigación, aunque el aumento de los feminicidios se ha convertido en un fenómeno global, América Latina es la región que presenta las cifras más alarmantes: de los 25 países del planeta con las tasas más altas de feminicidios, 14 están en América Latina y el Caribe, en donde la impunidad en este delito ronda el 98 por ciento.

En Colombia, a pesar de las políticas públicas, programas y normas que penalizan este delito, los números no son buenos. El boletín epidemiológico Violencia de Género en Colombia del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, señala que mientras en 2014 se registraron 810 homicidios de mujeres, en 2015 esa cantidad fue de 670 y en 2016 la cifra llegó a 731. El estudio revela que, en promedio, en 2014 se presentaron 2,6 mujeres asesinadas por día, 2,2 en 2015 y 2,4 en 2016.

En el departamento del Atlántico las cifras tampoco son positivas, según reportes de la Secretaría de la Mujer y Equidad de Género de la Gobernación del Atlántico: en el año 2016 se registraron 7 feminicidios, mientras que, a mayo de 2017, ese número ya va en 10 feminicidios en esta región.

 

¿Quiénes son los causantes?

Tanto en este departamento como en el resto del país, los principales causantes de los feminicidios son hombres que estuvieron relacionados con la mujer afectada, ya sea que tuvieran una relación íntima de cónyuges, excónyuges, novios, exnovios o amigos. En los casos de las niñas, los autores son hombres de su propia familia o personas cercanas a su entorno familiar, aunque también se registran casos causados por desconocidos.

El feminicidio y la discriminación de género pueden ser consecuencia de relaciones desiguales de poder o basadas en un rango de superioridad que ostentan los hombres y uno de inferioridad las mujeres. Dhayana Fernández, experta en derechos humanos, género y violencia contra la mujer e investigadora de la Universidad Simón Bolívar, presenta un claro ejemplo de desigualdad:

“Un hombre sale de su casa y en su trabajo es humillado por su jefe; luego es atracado por unos ladrones que lo dejan en una situación de vulnerabilidad y, al llegar a su casa, tiene una fuerte discusión con una vecina. Al entrar al hogar, su esposa o pareja le hace un comentario sobre algún problema doméstico y el hombre estalla y la golpea. ¿Por qué  no actuó violento con el jefe, los ladrones o la vecina?, ¿Por qué lo hace con su compañera? Porque es a ella a quien considera de su propiedad, inferior a él, a quien puede controlar y porque no pasa nada si le da golpes. Por eso la maltrata, y esto cada vez es más fuerte y recurrente y puede culminar en un feminicidio”.

Otra de las razones es la posición que ocupan las mujeres actualmente. En los últimos años han ganado espacios sociales y han logrado dejar de ser vistas como propiedad del hombre, lo que ha conllevado a una pérdida de poder masculino que genera una respuesta machista. En nuestro departamento, las cifras responden a una configuración cultural en la que el dominio masculino sobre las mujeres está normalizado”, señala Zandra Vásquez, Secretaria de la Mujer del Atlántico.

 

Apoyo para ellas

Desde la Universidad Simón Bolívar son varias las acciones de investigación e intervención que se han realizado en alianza con instituciones estatales y la sociedad civil en general para enfrentar conjuntamente el preocupante tema de los feminicidios.

La Universidad cuenta con el grupo de investigación Estudios de Género, Familia y Sociedad, con 15 años de existencia. Dispone de un grupo de 15 investigadores que trabajan en la construcción y validación de herramientas teóricas y metodológicas para superar la desigualdad entre hombres y mujeres.

“Uno de los focos de investigación en la Universidad es el reconocimiento explícito de que la violencia de género es una problemática social que afecta a mujeres de diferentes edades, clases sociales, culturas o niveles académicos”, afirma María Nohemí González, socióloga coordinadora del Grupo de Investigación Estudios de Género, Familias y Sociedad y coordinadora de la Red Iberoamericana en Ciencias Sociales con Enfoque de Género (Red HILA).

A partir de las investigaciones en las cuales se identifican las situaciones de violencia de género, la Universidad trabaja igualmente, con estrategias pedagógicas, para eliminar estas prácticas.