Siete municipios santandereanos están reunidos en COOPUNION para impulsar el desarrollo de la región y alejar la tentación de los cultivos ilícitos

COOPUNIÓN o la iniciativa contra los cultivos ilícitos.

Siete alcaldes se reunieron con siete asociaciones de pequeños cultivadores para formar una cooperativa que alejara cerca de 70.000 habitantes de la tentación de sembrar coca en el departamento de Santander. Siembra de paz.

24 de noviembre de 2006

¿Cómo luchar contra los cultivos ilícitos con una fórmula exitosa y duradera? Parece que la respuesta la encontraron los alcaldes de los municipios santandereanos de la zona entre los ríos Carare y Opón. Cada alcalde invitó a una asociación de pequeños productores de su municipio, y en conjunto formaron una cooperativa que viene trabajando desde abril de 2004, pero que sólo a partir de mayo de 2005 se conoce con el nombre de “Administración Cooperativa del Carare-Opón”, más conocida como COOPUNIÓN.

“Esta alianza se creó como una alternativa social, para rebajar la presencia de cultivos ilícitos de hoja de coca”, recuerda Alberto Salcedo Murillo, gerente de COOPUNIÓN, “pero no con el consabido modelo, mal llamado, de sustitución de cultivos ilícitos, o de erradicación forzosa por aspersión o vía manual… Lo que se posee es un plan de desarrollo rural integrado”.

Con esta iniciativa se pretende liberar a las familias de pequeños productores de las actividades ilícitas y lograr una economía basada en la agricultura lícita en los municipios de Cimitarra, Landazuri, Bolívar, El Peñón, Santa Helena del Opón, Florián y Puerto Parra. Además, recuperar la malla vial, apoyar programas de vivienda y salud, y desarrollo humano de los jóvenes de la región.

Este modelo de asociación entre lo público y lo privado beneficia a una población cercana a los 70.000 habitantes (correspondientes al entorno de las siete poblaciones) en una extensión de 560.000 hectáreas, donde ahora se siembran frutales como mora, tomate de árbol y banano..

Para Salcedo, la clave del éxito radica en la paciencia y la sapiencia de los asociados (alcaldes y productores) para sembrar la ‘semilla solidaria’. “A pesar de las limitaciones encontradas, ellos continúan con el mismo ánimo y mística, no por un acierto político o de protagonismo, sino porque sienten en sus propios territorios el impacto negativo que trae la siembra de cultivos ilícitos y el germen dañino del narcotráfico”

Sobre todas las cosas, COOPUNIÓN es un ejemplo para una zona sumida en una profunda cultura de ilegalidad: prostitución infantil, maltrato a menores, comercio ilegal de gasolina y otros insumos.