Espaldarazo al policía que exigió renuncia al general Palomino

La crisis de credibilidad que generó el supuesto escándalo sexual que salpicó al general (r) Rodolfo Palomino dio lugar a todo tipo de efectos colaterales. Dentro de la Policía, se tejió un clima de tensión y de críticas hacia el alto mando que llevaron a algunos agentes de bajo rango a exigir la renuncia del entonces director. Las consecuencias disciplinarias para quienes asumieron semejante carga de responsabilidad no se hicieron esperar.

El Tribunal Administrativo de Cundinamarca ordenó el reintegro de un intendente que fue separado de la entidad luego de haber enviado una carta a Palomino en la que le exigía que entregara la placa y el uniforme “si siente algo de honor”.

El policía que tuvo la osadía de dirigirse en esos términos a la máxima cabeza de la entidad fue el intendente Henry Monroy Farfán. El agente le dirigió una carta al general (r) en la que le informa sobre la baja en la moral del personal del nivel Ejecutivo del organismo, originada en condiciones laborales aparentemente precarias para esos efectivos.

El uniformado se queja de que la institución le niegue todo beneficio a esa parte del personal, mientras abre cupos para ascender al grado de generales al personal de oficiales. Por eso, se regocija de la salida del coronel Ciro Carvajal, quien dimitió de su cargo como secretario general, a raíz del escándalo sexual que se suscitó por denuncias relacionadas con la supuesta existencia de una red de prostitución masculina conocida como la ‘Comunidad del Anillo’.

Esa actitud decisiva e irreverente le costó al intendente la suspensión. Cuatro días después de enviada la carta, la Policía abrió investigación disciplinaria en su contra y lo apartó de su cargo durante tres meses, alegando que podía entorpecer el desarrollo de la indagación que se le adelantaría por calumnia.

Monroy no se quedó quieto. Interpuso una acción de tutela ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, aduciendo que la separación de su cargo y la suspensión de pagos que recibía como contraprestación al servicio amenazaban su derecho al mínimo vital.

La corporación determinó que la medida cautelar era violatoria del derecho a la libre expresión y al trabajo. Además, anotó que si bien el policía utilizó expresiones desbordadas y descomedidas, ninguna de ellas se puede constituir en calumnia o injuria, como lo señalaba la institución.

El Tribunal opinó que, más que imputarle delitos al alto mando, lo que el agente intentó fue poner en conocimiento de la Dirección el descontento generalizado que se estaba viviendo dentro de la institución. Por eso, la corporación judicial ordenó reintegrarlo a su cargo como intendente.

El organismo aclaró que no hay ninguna razón valedera para pensar que Monroy Farfán pueda entorpecer el desarrollo de la investigación disciplinaria que se adelanta en su contra. De ahí un motivo más en contra de la decisión de la Policía de apartarlo del ejercicio de sus labores.

Lo triste del caso es que, al igual que el intendente, personalidades de la vida nacional que de una u otro manera se vieron involucrados en el caso Palomino también se quedaron sin empleo. La pregunta es si habrá también para ellos una herramienta reivindicativa como la que restituyó a este agente policial a su puesto de trabajo.

Fiscalía contra Palomino

En la Fiscalía ya avanza una investigación contra el exdirector de la Policía general retirado Rodolfo Palomino por las denuncias que lo señalan por intentar ‘torcer‘ una denuncia por presunto acoso sexual.

De igual forma, se conoció que se inició una investigación en contra del exalto oficial por su presunta participación en la red de prostitución masculina dentro de la institución conocida como la ‘Comunidad del Anillo‘. El proceso fue asignado a una fiscal delegada ante la Corte Suprema de Justicia.