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Ideas de la publicidad que brillan

Todas estas campañas se volvieron inolvidables. Así se crearon algunas grandes ideas de la publicidad en los últimos 35 años.

4 de noviembre de 2017

Una gran idea surge sin previo aviso, al caminar por la calle, escuchar música, tomar cerveza o pensar en algún amigo; y también resulta del trabajo juicioso en equipo, después de lanzar frases, comentarios, rayar hojas y tableros; o como efecto de la perseverancia. 
Así ocurrió en varias campañas, así lo vivieron los publicistas, creativos, realizadores audiovisuales, titiriteros y actores que concibieron estas ideas…
 
Caspa (La cocaína es adictiva. Muy adictiva)
En 1999, el publicista Juan Carlos Ortiz estaba en Buenos Aires cuando, de repente, se le ocurrió que la solución para un comercial de un champú anticaspa podía convertirse en una alternativa ingeniosa para una campaña contra el consumo de cocaína. Rápidamente, escribió la idea en un papel.
Por lógica, se esperaría que A conduzca a B…, pero ¿y qué pasa si A conduce a J? Bajo esta metodología, que él llama “pensamiento paralelo”, ideó la historia de un tipo desesperado que aspira la caspa de otro confundiéndola con la droga. 
El comercial se exhibió por primera vez en un Rock al Parque y Ortiz recuerda que, tras el silencio del público, se escuchó un “uhhh”… El resto es historia: en 2000 esta pieza se llevó el León de Oro en el Festival de la Creatividad de Cannes. Un colombiano lo conseguía por primera vez.

“Su dinero puede estar en el lugar equivocado”
 
Julián Arango (el actor) y Fernando Escobar tenían la misión de darle un toque de humor a la campaña de Davivienda para el Mundial de Fútbol Estados Unidos 1994. Sin embargo, la primera propuesta, una animación, no terminaba de convencer y la presión aumentaba: había que entregar al día siguiente. 
Como si fuera poco, Arango se fue en la noche a un bar con el fin de despejar la mente, pero la pasó terrible: el lugar estaba repleto y la música a un volumen altísimo. Al otro día, en la agencia Leo Burnett, Escobar le preguntó cómo le fue: “Me sentí en el lugar equivocado”, respondió Arango. 
Esta frase se convirtió en el primer gol y le abrió el panorama a los publicistas, creativos y ejecutivos que por 23 años han mantenido vigente una gran idea que ya gana por goleada. 

“Bogotá, 2.600 metros más cerca de las estrellas”
 
El publicista Ángel Beccassino estaba en su casa, con sus perros, tomando un café y escuchando un disco de John Coltraine. Pensaba en una campaña con el fin de cambiar la percepción negativa de Bogotá. 
Y si uno lo mira por el lado negativo, reflexionaba Beccassino, se da cuenta de que la capital del país está a 2.600 metros más lejos de un lugar más fresco, menos congestionado, donde uno puede ir más suelto de ropa, donde el guayabo no da tan fuerte. 
“Entonces me pregunté cómo sería al revés, y así uno se da cuenta de que Bogotá también está a 2.600 metros más cerca de las estrellas, del cosmos, del universo. Como esa persona que veías fea y, de repente, te enamoras de ella”, rememora el publicista argentino sobre aquel episodio, en 1998.

“Colombia, el riesgo es que te quieras quedar”
 
Proexport, hoy ProColombia, decidió abordar de frente el estigma de la inseguridad con el fin de promover el turismo en el país y así lo transmitió a los creativos de Sancho BBDO. 
En esas, Alejandro Bermúdez pensó en el novio de una amiga, un extranjero que en 2007 vino a Colombia y se enamoró del país por lo que decidió quedarse. 
Entonces, en una reunión, Bermúdez lanzó la primera frase: “El único riesgo es que te quieras quedar”. A partir de allí, la idea comenzó a madurar. 
“En la primera convocatoria, recibimos tantas solicitudes de extranjeros que se quedaron en Colombia y querían dar su testimonio, que se nos cayó el servidor”, recuerda Juan David Jaramillo, otro integrante del equipo.

“Sin condón, ni pío”

El éxito de esta idea –recibió el reconocimiento de la Oficina de Información de las Naciones Unidas en el marco del New York Festival– no fue producto de la casualidad. Hugo Vázquez, director creativo de la campaña, recuerda que, a lo largo de seis meses, se hicieron investigaciones y reuniones con adolescentes con el fin de entender cómo vivían sus relaciones, su sexualidad, por aquel entonces. Dichas anécdotas fueron la fuente de inspiración de los guionistas.

Esta pieza de la agencia Marca Lintas, dirigida por Pablo Pedroso y producida por Novo Films, fue protagonizada por pollos, pues esta expresión se usa en el país para referirse a los jóvenes.

El objetivo era cerrarla con el mensaje “sin preservativos no hay nada que hacer”, el cual luego se “tradujo” a “sin preservativos ni pío”: al final y al cabo, los pollitos –muppets creados por Miguel Ángel Sanfeliche– eran las estrellas de la historia.

Y lo han sido a lo largo del tiempo. Diez años después, una encuesta demostró que los adolescentes –niños por aquel entonces– aún tenían muy presente el mensaje.

“La droga destruye tu cerebro”
 
Bruce Barham y Gustavo Moris, los productores de un comercial del Banco Cafetero para prevenir el consumo de droga, en 1984, encontraron que Álvaro Restrepo tenía lo que buscaban: su rostro se podía rejuvenecer y envejecer por medio de efectos especiales y maquillaje, para mostrar los efectos del consumo. 
Fue un trabajo extenuante. El rodaje y el maquillaje, del cual se encargó un experto que trabajó en El planeta de los simios, se tomaron 17 horas. 
“Pensé que me iba a reconocer más gente, pero una vez en Cartagena, un habitante de la calle se detuvo, me reconoció y me estuvo mirando aterrado, como si estuviera viendo al diablo”, recuerda Restrepo, quien entonces estudiaba danzas modernas en Nueva York. 

“Juan Valdez, café 100 por ciento colombiano”
 
Cuenta Keith Reinhard, presidente emérito de la multinacional Doyle Dane Bernbach (DDB), que el propio fundador de la agencia, Bill Bernbach, creó al personaje. “Al ver las fotos del típico caficultor, pensó que Juan Valdez podría convertirse en el símbolo de la Federación Nacional de Cafeteros”. 
Aunque la imagen debutó en 1960, solo desde los ochenta Juan Valdez se convirtió en un hito. Inspirado en las montañas colombianas, en 1981 la DDB ideó el logo triangular. El concepto tuvo tanto éxito, que para la misma época la Organización Internacional del Café (OIC) trató de comprar la idea por 9,5 millones de dólares. ¿Con qué fin? ¡Convertirlo en la imagen del café a nivel mundial! Por supuesto, la federación se negó.