Lula defiende construcción de polémica represa amazónica

Lula aseguró que el proyecto hidroeléctrico de Belo Monte, sobre el amazónico río Xingú, permitirá abastecer al país con energía limpia de bajo costo y negó que fuera a provocar trastornos ambientales.

26 de abril de 2010

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva defendió el lunes un controversial proyecto para construir una gigantesca planta hidroeléctrica sobre un río de la Amazonia brasileña, que provocó el rechazo de indígenas, ambientalistas y pobladores locales.

Lula aseguró que el proyecto hidroeléctrico de Belo Monte, sobre el amazónico río Xingú, permitirá abastecer al país con energía limpia de bajo costo y negó que fuera a provocar trastornos ambientales o a la vida de las poblaciones indígenas de la zona.

"Estamos pensando en hacer una hidroeléctrica que sea un modelo", dijo Lula en su programa radial semanal "Café con el presidente". "Las personas no tendrán perjuicios, por lo contrario, lo que queremos es que la hidroeléctrica traiga beneficios para las personas, una mejoría en su calidad de vida".

El gobernante recordó que Belo Monte comenzó a discutirse hace 30 años y que desde entonces el proyecto fue modificado para disminuir su impacto, al reducir en 60% el área que será inundada.

Al mismo tiempo, aseguró que cuidarían de las áreas indígenas, aunque precisó que 16.000 personas serán removidas de sus tierras por la inundación de la represa. Activistas aseguran que serán 40.000 personas las que tendrán que desplazarse para dar lugar a la planta.

Lula afirmó que la licencia ambiental otorgada para la construcción de Belo Monte es la mejor que se ha hecho en Brasil, con cinco años de estudio antes de su concesión, y criticó a los detractores de la iniciativa.

"Nosotros tenemos una industria del apagón, personas que no quieren que construyamos la energía necesaria porque quieren que haya apagón como el de 2001. El apagón de 2001 fue por incompetencia, y nosotros no vamos a tener actos de incompetencia", subrayó el mandatario.

Aludió así a la crisis eléctrica que vivió Brasil entre fines de 2001 y comienzos del 2002, provocada por la escasez de lluvias y la falta de inversión en generación energética en la década anterior a los apagones.

Ambientalistas aseguran que Belo Monte secará 100 kilómetros del río Xingú, con graves consecuencias ambientales y la pérdida de peces cruciales para la alimentación de los pobladores de la zona.

El gobierno ha dicho que el proyecto tendrá una capacidad instalada de más de 11.000 megavatios por mes, aunque los detractores de la planta afirman que en los seis meses de bajo nivel de lluvias en la Amazonia, la generación será inferior a la mitad de esa cantidad, lo que no justifica su costo ambiental y financiero.

La planta, que será la tercera más grande del mundo, fue valorada por el gobierno en 11.000 millones de dólares, aunque algunos empresarios creen que podría costar más del doble. La construcción de Belo Monte fue otorgada la semana pasada a un consorcio de nueve empresas encabezada por la estatal Companhia Hidro Elétrica do Rio Sao Francisco.

AP.