El Presidente interno de Honduras, Roberto Michelleti (izquierda) habla con el presidente de Costa Rica, Oscar Arias (derecha) después de un encuentro que sostuvieron para tratar de resolver la crisis de Honduras. | Foto: Arnulfo Franco/AP

HONDURAS

Sin avances en San José

No se ve pronta solución a la crisis en Honduras. Así lo dejó ver el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, tras el encuentro de él con representantes del gobierno golpista de Micheletti y del depuesto Zelaya.

Alianza BBC
10 de julio de 2009

Al cabo de un día de conversaciones en la capital costarricense, sólo un tema quedó en la agenda: la restitución de Manuel Zelaya a la presidencia de Honduras. Lo demás, vendrá después.

Primero habló la canciller del gobierno del depuesto presidente Zelaya, Patricia Rodas. Salió ya tarde, pasadas las nueve de la noche, cuando la conversación languidecía y los periodistas aún reunidos bajo los toldos instalados en la calle, a un costado de la casa del presidente Oscar Arias, alistaban sus últimas notas.

Llevaban más de diez horas de conversaciones.

Pasadas las diez de la mañana, el depuesto presidente Zelaya había llegado con su delegación, para iniciar la ronda de diálogo. Cerca de hora y media después, partió, dando breves declaraciones.

Llegó entonces el turno del presidente interino designado por el congreso hondureño Roberto Micheletti, que esperaba, en el aeropuerto, la señal para dirigirse a la casa del mandatario costarricense, mediador de este encuentro.
 
Esa reunión duró mucho más, por lo menos el doble. Quizás para Micheletti era más difícil aceptar las condiciones del diálogo: la posición es unánime en América Latina y la recordó de nuevo el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, desde Washington: todo se puede negociar, menos el retorno al régimen constitucional.

La canciller Rodas se encargó de aclarar el contenido del debate: “Se ha avanzado en la manera como se va a restituir el gobierno constitucional en Honduras”.

Después, le diría a BBC Mundo: Micheletti y Zelaya se van a encontrar cuando él vuelva a su curul de diputado y Zelaya a la presidencia.

Es que había una gran expectativa por la posibilidad de que ese encuentro se diera hoy, en San José.

Pero no fue así. Cada uno se reunió, por separado, con Arias, y Micheletti retornó luego a Tegucigalpa, mientras Zelaya volaría más tarde a Guatemala, según la canciller Rodas.

 
Inicia diálogo
 
Pero si los dos mandatarios –el electo y el interino– no se encontraron, sí lo hicieron después las delegaciones que los acompañaban, integrada, cada una, por cuatro representantes y algunos asesores.

“Esperamos concluir esta misma noche”, dijo Rodas a BBC Mundo. “El punto básico es la forma de restitución del gobierno constitucional y la salida del gobierno golpista”. “No estamos en una negociación, estamos en un diálogo para encontrar la fórmula de restitución del presidente Zelaya al cargo para el que fue elegido”, reiteró.

¿Tiene alternativa Micheletti? ¿Puede resistir a la presión internacional? Una negativa a buscar fórmulas que permitan el retorno al régimen constitucional sumaría, al aislamiento diplomático, probables sanciones económicas que Honduras difícilmente estaría en condiciones de resistir.

Su representante en estas conversaciones, Arturo Corrales, fue quien respondió a Rodas.

Hizo una larga exposición para explicar que, en Honduras, no existe la inmunidad, y que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, las mismas que el depuesto presidente Zelaya habría violado.

Pero, agregó, si el presidente ahora derrocado violó las leyes, “hubo un error” en el proceso que terminó con su destitución, captura y expulsión a Costa Rica, el pasado domingo, 28 de junio. “Zelaya no debió terminar en Costa Rica”, afirmó Corrales, en referencia a la expulsión del mandatario ejecutada por los militares.

En todo caso, estimó que los avances logrados en la jornada del jueves, en San José, fueron “significativos”. Ahora, agregó, “hay que definir la agenda y la metodología. El ánimo es decir a los hondureños que no pierdan la esperanza”.

¿Concluye diálogo?
 
La canciller Rodas reclamó la ausencia de dos de los cuatro representantes de la contraparte durante la jornada de la tarde, en casa del presidente Arias. Y se lamentó de que no tuvieran, tampoco, capacidad de decisión sobre los temas en debate.

Corrales, por su parte, reiteró que “las delegaciones hondureñas, de una y otra parte, vamos a hacer un esfuerzo para llegar a un acuerdo. Las pláticas no se han interrumpido y no se van a interrumpir”.

Imposible dejar de percibir el mensaje, el énfasis en las delegaciones de una y otra parte, pero ambas “hondureñas”.

¿Será eso señal de que el acuerdo está al alcance de la mano?

Es difícil predecirlo. Al sentido de las palabras hay que agregar el tono en que se dicen, para tratar de entender lo que está ocurriendo.

Quizás no sea lo mismo un acuerdo a que unos delegados puedan llegar en San José, y que podrían implicar el abandono del poder, a tener que explicar eso en Tegucigalpa a políticos y militares que se han jugado su carrera en un golpe de estado.

En todo caso, enfatizó la canciller Rodas, refiriéndose al depuesto presidente Zelaya: “Nuestro presidente retornará, y lo hará en cualquier condición”.

¿Será ese el desenlace de esta crisis? Por ahora, pareciera que sí.