Socialismo de Chávez a prueba de fuego por crisis mundial

17 de diciembre de 2008

Aunque América Latina ha logrado sortear sin mayores tropiezos el tsunami financiero mundial, todo apunta a que la región no saldrá bien librada y enfrentará algunos coletazos que podrían poner en riesgo el "Socialismo del siglo XXI", que impulsan varios países de la región.

Los altos niveles de pobreza, economías frágiles, la dependencia de la exportación de materias primas y la estrecha relación comercial con Estados Unidos hacen prever que sin duda Latinoamérica será golpeada por la crisis mundial.

La crisis coincidió con una etapa crucial del proceso socialista del presidente venezolano Hugo Chávez y de una serie cambios políticos y económicos que llevan adelante sus aliados regionales Evo Morales de Bolivia y Rafael Correa de Ecuador.

Los altos precios alcanzados por el barril petrolero permitieron a Chávez hacerse de una portentosa chequera que no sólo fue utilizada en Venezuela, sino también en numerosos países de la región como Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Brasil, Nicaragua, Honduras, Cuba y el resto del Caribe.

Uno de los países que se ha visto más beneficiado es Argentina, a quien Venezuela compró unos 8.000 millones de dólares en bonos de deuda pública. También adquirió unos 400 millones de dólares en títulos de la deuda ecuatoriana.

Las ayudas financieras le permitieron al mandatario venezolano ganar simpatías y aliados internacionales.

El intelectual mexicano Enrique Krauze dijo a la AP que "el proyecto llamado 'Socialismo del siglo XXI', y proyectado a América Latina, está afincado excesivamente, pero no de manera explícita, en el precio del petróleo, y en el recurso del petróleo".

Agregó que con la caída del precio del petróleo, el proyecto "se desintegra en sus posibilidades concretas" porque se vuelve "muy difícil" desde el punto de vista económico.

Para el escritor y periodista peruano Alvaro Vargas Llosa, las dificultades económicas que podrían enfrentar países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, traerán un "creciente descontento político interno y eso lógicamente va dificultar mucho la marcha de sus proyectos".

"Creo que se vienen momentos conflictivos para todos estos gobiernos. Nada de esto significa que vayan a caer pronto. Todos son gobiernos todavía con muchas armas a su disposición, pero sí creo que el proyecto socialista que encarnan ellos se va a ver severamente dislocado", dijo a la AP.

Vargas Llosa, asociado al Centro para la Prosperidad Global en The Independent Institute de Oakland, señaló que en Venezuela, Bolivia y Ecuador hay fuerzas importantes "que están trabajando para detener ese proyecto (socialista) y revertirlo".

Agregó que los gobernantes que tratan de impulsar un proyecto socialista "están encontrando mucha más resistencia de las que esperaban".

Chávez ha impulsado su proceso socialista en los dos últimos años a través de la estatización y nacionalización de empresas petroleras, eléctricas, de telefonía, cementeras y siderúrgicas; y la aprobación de un paquete de 26 leyes que le han asegurado al ejecutivo una mayor concentración de poder político y económico.

El desarrollo de estos planes ha coincidido con el fortalecimiento de la oposición, que logró en los pasados comicios regionales las gobernaciones de los cinco mayores estados del país y la alcaldía mayor de la capital. Los grupos adversos a Chávez se han convertido en un bloqueador de su proceso socialista.

En Bolivia, Morales nacionalizó el petróleo en mayo de 2006 y emprendió un plan para redistribuir tierras entre los indígenas y campesinos. Se propone a "refundar" su país con una nueva constitución que otorga más poder a los indígenas y cuyo texto será sometido a referendo el 25 de enero.

Sus políticas abrieron frentes internos con grupos conservadores liderados por gobernadores de cuatro regiones, que a contracorriente de las reformas del gobierno, impulsan un proyecto de autonomía para sus regiones que tiene apoyo local.

Hasta ahora Morales pudo capear el temporal gracias al fuerte apoyo que tiene en sectores campesinos y masas empobrecidas urbanas, aunque ha perdido respaldo en algunos sectores de clase media.

Si la constitución que impulsa Morales, que prevé la reelección presidencial, se aprueba como indican las encuestas, habrá elecciones en Bolivia en diciembre de 2009 y por el momento Morales se perfila como favorito.

El analista ecuatoriano Pablo Lucio-Paredes dijo a la AP que "Ecuador pierde entre 50 y 60 millones de dólares anuales por cada dólar que cae el precio del petróleo".

Afirmó que junto a los problemas generados por el descenso del petróleo están otros factores derivados de la crisis económica mundial, como la caída de las remesas de los migrantes y la baja de las exportaciones, lo que restaría ingresos al fisco por unos 2.000 millones de dólares.

Sumados los dos elementos "estamos hablando de una crisis por 4.000 millones de dólares anuales para Ecuador. Eso es una crisis muy fuerte que evidentemente en el tiempo va a generar desempleo, descontento y por lo bajo no permitirá al gobierno hacer lo que ha sido hasta ahora su manejo fiscal, utilizar el dinero del petróleo para tener a la gente contenta", agregó.

"No sé si llegue al punto de poner en riesgo el proyecto político (de Correa), pero ciertamente pone en riesgo la estrategia política del gobierno", señaló.
 
Con información de AP