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CHILE

Tras terremoto del sábado, Chile lidia con los saqueos

El heroísmo y el vandalismo dominaban las ciudades de Chile el domingo a medida que equipos de rescate desafiaban réplicas en busca de sobrevivientes y el gobierno enviaba soldados y establecía toques de queda para frenar saqueos.

28 de febrero de 2010

El saldo de muertos tras uno de los mayores terremotos en siglos, ocurrido el sábado, era de 708.

En Concepción, los saqueadores, después de atacar un supermercado de cuatro pisos, se abalanzaron contra dos farmacias robando todo lo que hallaron a su paso. Uno de los policías antimotines que rechazó identificarse dijo a la AP que "no podemos hacer mucho, estamos sobrepasados".

Desde el tercer piso de un edificio sujetos lanzaban cajas al suelo, donde se las peleaban Funcionarios dijeron que 500.000 casas fueron destruidas o sufrieron serios destrozos y la presidenta Michelle Bachelet anunció que "un cada vez mayor" número de gente se encontraba desaparecida.

"Estamos ante una catástrofe de tal magnitud impensable, que requerirá un gigantesco esfuerzo" para que Chile se recupere, dijo Bachelet.

La mandataria también pidió ayuda internacional para atender los daños y las necesidades de la población tras el terremoto de 8,8 grados.

Por otro lado, el ministro de Defensa, Francisco Vidal, dijo durante una rueda de prensa que la marina (armada) erró al no alertar el maremoto.

"La verdad, aunque duela", dijo el ministro. "La marina cometió un error al no alertar el maremoto. Afortunadamente cuando se produce la evaluación se activa el sistema que la propia unidad tiene, eso ayudó a salvar centenares, sino miles de personas", dijo el ministro.

"Con ese sistema, a pesar del error de diagnóstico, se pudo avisar y la gente pudo arrancar hacia los cerros". Agregó que "sin ese aviso previo, tendríamos que lamentar más víctimas", explicó.

Poco después del terremoto el sábado, Bachelet descartó la posibilidad de un tsunami y señaló que se esperaban "olas de gran tamaño" pero no un tsumani.

Sin embargo, varias localidades costeras fueron arrasadas luego por lo que finalmente las autoridades admitieron que fue un tsunami.

Las autoridades han estimado en dos millones los damnificados, 1,5 millones de casas afectadas de las cuales por lo menos medio millón estaban inhabitables.

El portal de internet de la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio del Interior (ONEMI) reportó que la región de Maule es donde hubo el mayor número de muertos: 541 y cuatro desaparecidos.

En la zona de O'Higgins hubo 46 fallecidos y dos desaparecidos, mientras que en la región metropolitana de Santiago se reportaron 36 muertos y cinco desaparecidos.

En Valparaíso 16 personas murieron y en Bío Bío 64. La Araucanía reportó cinco fallecidos.

Bachelet dijo que firmó un decreto a través del cual cedió a los militares la seguridad en la provincia de Concepción.

El ministro de Defensa Francisco Vidal expuso que a partir del lunes "van a estar activados alrededor de 10 mil hombres y mujeres de las fuerzas armadas y de orden" para poner atajo a algunos brotes de saqueos registrados en la jornada en algunas ciudades afectadas por el terremoto.

La presidenta, quien entregará el poder el 11 de marzo, también dijo que el país aceptaría algunos de los ofrecimientos de ayuda internacional, pues necesitan hospitales de campaña, puentes, rescatistas para relevar a los hombres que empezaron la búsqueda el sábado, purificadores de agua y expertos en evaluación de daños.

El corresponsal de Radio Cooperativa de Santiago, informó desde Concepción, que los carabineros (policía uniformada) recorrieron las calles con megáfono avisando a la gente que se decretó un toque de queda hasta las 06:00 (09:00 GMT).

El toque de queda figura entre las facultades del estado de excepción dictado por el gobierno a raíz de la catástrofe causada por el terremoto. El canal estatal de televisión informó que el toque de queda fue decretado para las provincias del Maule y Bio Bio (capital Concepción) para frenar los brotes de saqueos.

Bachelet designó al general Guillermo Ramírez como responsable del orden público en esa provincia y dijo que convino con los dueños de cadenas de supermercados la entrega gratuita y ordenada de los abarrotes de primera necesidad almacenados en sus tiendas.

Al conluir la temporada veraniega, con el comienzo del año laboral el lunes 1 de marzo, miles de vacacionistas, coparon el sábado y domingo los terminales de buses para regresar a Santiago desde ciudades del interior.

Como las carreteras permanecieron inicialmente cerradas por el sismo, el retorno a la capital se convirtió en una odisea por la falta de transporte público.

También en la capital se registraron anomalías cuando los supermercados reabrieron el domingo al mediodía, tras reparar daños y rellenar los estantes con productos. La población se volcó a realizar compras.

La policía lanzaba gas lacrimógeno y chorros de agua a presión para proteger un supermercado enfrente del cual había especialistas tratando de hallar sobrevivientes de un edificio de 15 pisos desplomado.

Al último sobreviviente lo encontraron el sábado a las 6 de la tarde y desde entonces solo han dado con siete muertos.

Los socorristas salvaron en total a 26 personas vivas pero debían interrumpir los trabajos cada vez que las nubes de gas lacrimógeno llegaban hasta ellos.

El terremoto desató un tsunami que dejó varios muertos y desaparecidos en el archipiélago chileno de Juan Fernández, pero apenas afectó a otros países, aun cuando cientos de miles de personas fueron evacuadas en varias costas del Pacífico. La alerta de tsunami fue cancelada un día después del terremoto.

La dimensión total de los daños sigue siendo un enigma, especialmente porque casi un centenar de poderosas réplicas se han registrado desde el sismo principal y a veces destruyen edificaciones que estaban dañadas.

En Santiago el transporte público era irregular, pero el aeropuerto recibió un primer vuelo desde Lima, a donde la aerolínea LAN había desviado varios de sus unidades desde la víspera. El jefe de la Fuerza Aérea, general Ricardo Ortega, informó que esperaban la llegada de cuatro aviones más en el curso de la tarde.

El principal puerto del país en Valparaiso continuaba cerrado mientras evaluaban los daños que sufrió.

Chile - AP.