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Mahmud Abbas, líder de la Autoridad Nacional Palestina, muestra ante la 66 Asamblea General de ONU la carta para solicitar el reconocimiento de Palestina como estado. | Foto: AP/Richard Drew

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Abbas y Netanyahu más distanciados que nunca

Naciones Unidas vivió este viernes una jornada inédita cuando el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, hizo su formal solicitud de ingreso al organismo mundial como Estado soberano.

Alianza BBC
24 de septiembre de 2011

La petición para que Palestina se convierta en el estado miembro número 194 dominó la reunión anual de Asamblea General, que no sólo se agolpó para escuchar a Abbas, sino también para oir con mucho detenimiento los argumentos en contra que minutos después presentó el premier israelí Benjamin Netanyahu.
 
Barbara Plett, corresponsal de la BBC ante Naciones Unidas resumió así este hecho sin precedentes:
 
Estuvo claro quién fue el hombre que acumuló las mayores simpatías de la audiencia dentro de la Asamblea General.

Decenas de diplomáticos se pusieron de pie para aplaudir al líder palestino Mahmud Abbas cuando este sacó la carta de solicitud para ingresar al organismo que minutos antes había presentado al secretario general Ban Ki-moon.

Abbas supo fundir su discurso con la historia de la causa palestina. Relató la aceptación gradual del Movimiento de Liberación de Palestina, también conocido como Al Fatah, a una solución de dos estados.

La decisión de la OLP en 1988 a renunciar a su derecho sobre la totalidad de Palestina y conformarse con los territorios capturados por Israel en 1967 fue "un paso muy doloroso y difícil", dijo Abbas, pero "hemos decidido adoptar el camino de la relación de justicia, la justicia que es posible ".

Ahora, después de 20 años de negociaciones infructuosas, dijo Abbas, los palestinos han concluido que el camino hacia la independencia está firmemente bloqueado.

Con pasión, culpó a la política "colonial" de Israel por la construcción de asentamientos judíos en territorios ocupados que, según dijo, estaba minando el potencial real de la existencia de un Estado palestino.

Abbas también sugirió que no tenía más fe en el proceso dirigido por Estados Unidos sobre la base de los acuerdos de paz de Oslo y apeló a un papel más importante y más eficaz de Naciones Unidas.

"Ya no es posible reparar el escenario de las conversaciones de paz con los mismos medios y métodos... que no han tenido éxito", dijo.

"No es ni posible ni práctico volver a negociar como siempre se ha hecho".

Y por primera vez Abbas advirtió que la Autoridad Nacional Palestina podría colapsar si Israel continúa expandiendo los asentamientos judíos.

"Advierto a viva voz", dijo, repitiendo la frase para dar énfasis.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, respondió a Abbas con una agresividad característica. Sin embargo, fue recompensado con aplausos dispersos de sus partidarios.

Enmarcó su discurso en las necesidades de seguridad de Israel, pintando el cuadro de la creciente amenaza de los militantes islámicos de la región y en la Franja de Gaza palestina, que es gobernada por el grupo militante Hamas.

Rechazó el argumento de que una retirada israelí de los territorios ocupados traería la paz, diciendo que había ocurrido lo contrario cuando Israel se fue de Gaza.

"Los moderados no fueron derrotados por los radicales, los moderados fueron devorados por los radicales... no conseguimos la paz, llegó la guerra", dijo refiriéndose a los ataques con cohetes de Hamas contra Israel.

Netanyahu dijo a la Asamblea General que tenía que garantizar que lo mismo no iba a suceder en Cisjordania, que se encuentra más cerca de las principales ciudades israelíes.

Para ello, las medidas de seguridad tenían que ser negociadas con los palestinos antes de la creación del Estado.

El primer ministro israelí sostuvo que Abbas no había respondido a las numerosas propuestas de paz y lo desafió una vez más a reunirse con él en Nueva York, pero con la condición de que dejase a un lado el principal argumento palestino: que el problema no son los asentamientos, sino más bien que la Autoridad Nacional Palestina reconozca el estado de Israel.

Los palestinos seguramente ganaron la simpatía y el respaldo mayoritario en la Asamblea General, pero los israelíes seguramente ganarán la batalla por la membresía de la ONU.

Los estadounidenses han dejado absolutamente claro que vetarán la solicitud en el Consejo de Seguridad.

Con la esperanza de evitar un veto de EE.UU., el Cuarteto de mediadores de Medio Oriente (formado por Naciones Unidas, Rusia, la Unión Europea y EE.UU.) ha emitido una propuesta marco para revivir las conversaciones de paz.

Pero no menciona explícitamente el tema de los asentamientos o incluso el de confirmar las fronteras de 1967 como base de las negociaciones para el futuro estado palestino, las dos condiciones en las que Abbas insiste.

Por un lado las autoridades palestinas describieron el comunicado como "inútil" y "sin valor". Por su parte, la Casa Blanca se enfocó en apaciguar a los miembros proisraelíes de su propio Congreso en Washington de cara a las elecciones presidenciales.

Esto al menos garantiza que el tema de la cuestión palestina permanezca en los pasillos de Naciones Unidas durante los próximos meses.