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ACUERDO SIN ARREGLO

En las conversaciones de gobierno y guerrilla salvadoreños, las partes sólo están de acuerdo en seguir hablando.

22 de septiembre de 1986

Si bien el logro de un acuerdo respecto del próximo 19 de septiembre y la población de Sesori en la provincia de San Miguel al oriente del país como la fecha y el lugar donde se realizaría la tercera ronda formal de conversaciones entre el gobierno del presidente José Napoleón Duarte y las fuerzas rebeldes representadas por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y el Frente Democrático Revolucionario (FMLN-FDR) es mucho más de lo que se esperaba, las fuerzas en conflicto en El Salvador distan aún mucho de llegar a algún tipo de acuerdo que ponga fin a 7 años de guerra civil.
Tras tres días de conversaciones privadas en México, cuyo objetivo era establecer la forma como se reanudaría el diálogo interrumpido desde noviembre de 1984, las posiciones de uno y otro lado no han variado mayormente. Mientras el FMLN-FDR insiste en que se decrete una tregua y se establezca un gobierno transitorio en el que se les dé participación política y militar, para el gobierno de Duarte la única vía posible de solución sigue siendo la entrega de las armas y la incorporación de la guerrilla a la vida institucional del país, de acuerdo con los resultados electorales de 1988.
A pesar de que en términos generales las dos partes implicadas coincidieron en calificar el resultado como "positivo", el avance logrado en la reunión fue minimo. La fecha y el lugar fijados para la tercera ronda son aún susceptibles de ser cambiados si alguna de las partes así lo considera necesario y la agenda aún no ha sido establecida. "Se llegó a lo que había posibilidades de llegar dadas las limitaciones que traía la delegación del gobierno" señaló a SEMANA Mario López, vocero del FMLN en México.
En opinión de los rebeldes, la fuerza negociadora de la comisión gubernamental quedó prácticamente sin piso al declarar el presidente Duarte poco antes de la reunión, que de ningún modo el gobierno aceptaría la propuesta de tregua planteada por los guerrilleros.
Para el gobierno, sin embargo, el resultado parece haber sido más satisfactorio. "Es un proceso que requiere tiempo,maduración. No se pueden por tanto generar grandes expectativas", fueron las palabras del ministro de Planeación y Desarrollo, Fidel Chaves Mena, a SEMANA.
"La clave es la incorporación de las fuerzas opositoras al proceso. Pero si los guerrilleros persisten en su actitud, trataremos por lo menos de humanizar la lucha", señaló Chaves Mena. "Esto no quiere decir que seamos pesimistas, sino más bien realistas", añadió en lo que podría considerarse como una confirmación de las serias dificultades que aun afronta el diálogo.
La agenda que se discutirá en las conversaciones del 19 de septiembre no será definida hasta la primera semana de ese mes, cuando se realice una segunda reunjón preparatoria. En ella se espera igualmente definir otros puntos que siguen siendo objeto de diferencias, tales como los dispositivos de seguridad, mecanismos de movilización y comunicaciones que se adoptarán durante el diálogo.
Por lo pronto, pues, lo único que parece claro es que para llegar a un arreglo, es mucho lo que falta en el largo proceso de acuerdo. Empezando por la definición de la manera como el gobierno salvadoreño piensa "humanizar" una guerra que ha dejado ya más de 61 mil muertos y 7 mil desaparecidos.