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Adiós a Sai Baba, uno de los líderes más venerados de India

Millones de personas en la India y en el extranjero lloran la muerte del popular y controvertido gurú, que levantó un emporio económico y conquistó al movimiento "hippie".

25 de abril de 2011

Miles de personas en India rindieron este lunes un último tributo al dirigente religioso y gurú Sai Baba, quien falleció este domingo a los 84 años.
 
Sai Baba tenía millones de seguidores que le atribuían poderes espirituales y curativos. El fallecimiento del gurú suscitó un clamor de tristeza y pesar en sus seguidores.
 
La mayoría describía al gurú como una persona bondadosa que trabajaba para ayudar al prójimo. Dentro de la India, Sai Baba se distinguía entre todos los demás debido a su cabellera oscura un poco larga tipo afro y vestimenta naranja, un color que representa la santidad en India.
 
Sus fotografías adornaban millones de casas, tableros de automóviles y vestuarios de los devotos en India y el extranjero.
 
Muchos hacían peregrinajes anuales hasta el ashram de Sai Baba en Puttaparti, la localidad donde nació en el estado de Andhra Pradesh, sur de India.
 
Miles acudieron al auditorio principal del ashram, donde el cadáver de Sai Baba fue colocado dentro de un féretro de cristal al que rodeaban guirnaldas de flores y devotos que oraban.
 
Cientos de voluntarios, hombres y mujeres, guiaban a los dolientes en una fila ordenada en torno al cuerpo de Sai Baba, arriba del cual había un retrato tamaño natural del gurú.
Los voluntarios hombres vestían pantalones y playeras blancas, así como pañoletas azules, en tanto que las mujeres llevaban saris y pañoletas amarillas.
 
El Dalai Lama dijo el lunes que estaba triste por el fallecimiento de Sai Baba.
 
"Quisiera transmitir mis condolencias y oraciones a todos los seguidores, devotos y admiradores del desaparecido líder espiritual", dijo el líder budista tibetano en un comunicado.
 
Sai Baba, cuyo verdadero nombre es Sathyanarayana Raju, nació en 1926 en el seno de una familia pobre. A los catorce años dijo tener naturaleza divina y predicó durante tres días bajo un árbol de Puttaparthi, donde luego levantó su centro religioso, el "Prashanti Nilayam" o "Morada de la Paz".
 
Se hizo famoso tiempo más tarde por sus supuestos milagros, habilidades místicas con las que producía ceniza o comida de la nada, o se sacaba de la boca joyas, bolas de oro y relojes, unas prácticas denunciadas como falsas por diversas asociaciones.
 
El gurú fue acusado en el pasado por varios de sus discípulos de haber cometido supuestos abusos sexuales, aunque la Policía nunca le acusó formalmente.
 
Sai Baba adquirió popularidad en Occidente en la década de los setenta, en gran medida gracias al movimiento "hippie", y en la actualidad cuenta con seguidores en más de 100 países del mundo.
 
Su centro religioso es lugar de peregrinación para muchas personalidades indias, hasta el punto de que tanto la presidenta, Pratibha Patil, como el primer ministro, Manmohan Singh, acudieron a su último cumpleaños.
 
"Sathya Sai Baba era un líder espiritual que inspiró a millones de personas a, sin renunciar a su propia religión, llevar una vida moral, siguiendo las ideas de verdad, conducta adecuada, paz, amor y no violencia", se lamentó hoy el propio Singh en un comunicado.
 
En los últimos años, y tras acusaciones de fraude, Sai Baba había abandonado sus milagros y se había centrado en las ayudas sociales y la caridad, apoyado en un Consejo que gestiona, según la Hacienda india, más de 9.000 millones de dólares en donaciones.
 
Agencias