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ADIOS A YELTSIN

Mientras la crisis trasciende al mundo entero y los rumores sobre su renuncia crecen, el presidente ruso parece preparar una salida personal honrosa.

28 de septiembre de 1998

La consigna del día: urgente renuncia de Boris Yeltsin". Así titulaba el jueves en primera plana el diario Sivodnia de Moscú, resumiendo la situación de la ultima semana, luego de que el presidente ruso destituyera al primer ministro Serguei Kiriyenko y volviera a nombrar en el cargo a Víctor Chernomyrdin, destituido a su vez hace cinco meses.
"Rusia está en una crisis financiera, industrial, social, política y gubernamental, en el norte del Cáucaso madura un conflicto armado, y los talibanes se aproximan a la frontera sur", escribió Nezavisimaya Gazeta en primera plana. El Banco Central ha suspendido el mercado de divisas, pues el rublo va en caída libre y ya pasó por la barrera de los nueve rublos por dólar, límite de la semana pasada. El dólar ha desaparecido de las calles de Moscú, y los pocos que venden lo hacen a 14 rublos, una devaluación del ciento por ciento en una semana. Los precios son reetiquetados, desaparecen los bienes importados, las tiendas de electrodomésticos han cerrado por 'inventario', las tarjetas de crédito no funcionan, los cajeros automáticos no tienen rublos, los bancos no dejan hacer retiros a sus clientes, que deben anotarse en largas listas hasta que les llegue su turno. Esa fue la realidad que encontraron millones de rusos que regresaron de vacaciones la semana pasada.
Con la cabeza pendiente de un hilo, Yeltsin se reunirá el martes con su colega Bill Clinton en Moscú. Nunca hubo una cumbre tan inoportuna, pues en el país sólo hay un pensamiento: la renuncia del presidente. Todos los medios interpretan que la sustitución en la cúpula es el paso previo. El diario Nezavisimaya Gazeta escribió que "según nuestras fuentes, el Kremlin está preparando algún motivo digno para la salida de Yeltsin en octubre o noviembre de este año". Según el Kommersant Daily, una de las principales tareas de Chernomyrdin es garantizar que la Duma (Parlamento) otorgue garantías para una salida honrosa de Yeltsin. Confirmando estos rumores, el vocero de prensa de éste, Serguei Yasterzhemski, se reunió el jueves con el líder comunista Guennadi Ziuganov, supuestamente para discutir tales garantías.
Dicen en Moscú que la decisión de Yeltsin de reinstalar a Chernomyrdin fue precedida por un largo diálogo con su hija Tatiana Diachenko y con el jefe de la Administración Presidencial, Valentín Yumashev. Hoy no hay gobierno. El primer ministro no está confirmado por el Parlamento. Los demás ministros actúan interinamente. Pero están en curso intensas negociaciones con la oposición comunista y Yeltsin ha demostrado más de una vez su capacidad de renacer de entre las cenizas. Entre tanto, las pérdidas de los inversionistas internacionales alcanzaban los 114.000 millones de dólares y los efectos de la crisis reverberaban en los principales mercados de valores del mundo.
La comisión tripartita formada por el gobierno y las dos cámaras daba los toques finales al documento que serviría de base para un gobierno de coalición, que significaría un fuerte retroceso en el camino ruso hacia la economía de mercado. Según lo trascendido, este documento incluye medidas intervencionistas como la nacionalización de algunos bancos, nuevas emisiones del Banco Central y garantías políticas que pueden incluir una reforma constitucional para trasladar mayores poderes a la Duma, impedir la destitución del primer ministro por parte del presidente y hacer al gobierno responsable frente al Parlamento.
Al cierre de esta edición lo único que parecía seguro era que el nuevo capitalismo ruso perdería esta batalla ante el embate regresivo de los comunistas . Porque como dijo un comentarista británico, "el ruso es el hijo bastardo e impotente del capitalismo occidental."