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AL BORDE DE LA DICTADURA

La prisión del ex presidente Alarcón y rumores de 'fujimorazo' son el nuevo capítulo del drama de <BR>los ecuatorianos.

19 de abril de 1999

Desde el lunes pasado el ex presidente ecuatoriano Fabián Alarcón está en una pequeña
cárcel de Quito, acusado de corrupción por su ex correligionaria Cecilia Calderón. Medios de prensa afirman
que el arresto de Alarcón es parte de la negociación entre Mahuad y los sectores de izquierda, con los
cuales pactó el nuevo paquete económico que reemplazó al de hace una semana, que originó un paro total
que dejó 75 millones de dólares en pérdidas diarias. Mahuad forjó la nueva y frágil mayoría con sectores
opositores en momentos en que muchos ecuatorianos daban como un hecho el comienzo de una nueva
dictadura. Al parecer el presidente norteamericano Bill Clinton creyó en esta posibilidad. El propio Clinton
tuvo que decirle al presidente Jamil Mahuad que mantuviera "su firme compromiso con la democracia" en
Ecuador. El mensaje del mandatario de Estados Unidos pretendía _y lo logró_ "desbaratar cualquier intento"
de Mahuad de "cerrar el Congreso y gobernar por decreto" este empobrecido país de 12,5 millones de
habitantes en el que muy fácilmente se dejan tanto la Constitución como la democracia. De haber dado un
'fujimorazo' Mahuad habría provocado sin duda la condena internacional de un país que retornó a la
democracia en 1979, luego de una interminable serie de gobiernos civiles breves y dictaduras militares
largas. El acuerdo del jueves en la madrugada puso fin a muchas situaciones difíciles pero no fue suficiente
para despejar las inquietudes en torno del futuro democrático. Al fin y al cabo Mahuad selló su alianza
con una serie de organizaciones que, al menos en lo que corresponde a ID, la más grande, son
definitivamente opositoras a su gobierno.Entre tanto Alarcón sigue clamando justicia desde la cárcel, aunque
pocos creen que su situación jurídica cambie por más que sostenga que su prisión es parte del acuerdo que
sostiene la debilitada democracia ecuatoriana. nPoder débilSi un gobierno ecuatoriano no tiene el respaldo de
una mayoría su permanencia estará siempre en entredicho. Este es el concepto de analistas políticos como
Simón Pachano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Quito. Según dijo
Pachano a SEMANA, Ecuador aún no ha logrado un diseño institucional que le permita al presidente elegido
lograr una mayoría, ni hay mecanismos que lleven a superar el problema. Así, dice, la opción presidencial se
disputa en una segunda vuelta "que conspira contra la estabilidad, pues de allí sólo sale un Congreso
fraccionado".En tal situación, argumenta Pachano, la mayoría forjada por el gobierno "nunca será
corresponsable de las decisiones, pues no está obligada a ello" ya que "siempre será una mayoría
coyuntural y nunca dejará de ser frágil". En su concepto, y ahora el presidente Jamil Mahuad parece
demostrarlo, "se integra una nueva mayoría para cada decisión, lo cual es interesante, pero nada sólido ni
permanente".