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ANIVERSARIO SANGRIENTO

El cumpleaños 50 de la Otan llega cuando su primera acción bélica ha <BR>desencadenado una situación incontrolable.

3 de mayo de 1999

Se necesitó que pasaran 50 años y que hubiera desaparecido su tradicional enemigo,
el Pacto de Varsovia, para que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) lanzara su
primera acción militar. En efecto, el 4 de abril la organización cumplió su medio siglo de existencia
estrenando sus armas y como epicentro deuna controversia mundial. Porque esa efemérides se
cumple precisamente cuando el organismo con sede en Bruselas ha lanzado la más fabulosa
maquinaria bélica del mundo contra un país europeo y soberano, Yugoslavia, y lo que es peor, sin
permiso de las Naciones Unidas.La Otan nació el 4 de abril de 1949 para enfrentar a un formidable
enemigo, el imperio soviético. Doce países firmaron el Tratado de Washington. Luego se unieron
Grecia y Turquía (1952), Alemania (1955) y España (1982). Su base era el compromiso norteamericano
de defender la Europa capitalista con una presencia militar masiva y con un impresionante despliegue
de armas nucleares. Durante 40 años Estados Unidos y sus satélites, reunidos en la Otan, le hicieron
contrapeso al Pacto de Varsovia, que abarcaba a los países europeos de la órbita comunista soviética.
Esa confrontación terminó, junto con la guerra fría, sin que se disparara un tiro. Vencedora, la alianza
celebra hoy la entrada de tres de sus antiguos enemigos, Hungría, la República Checa y Polonia.
Países que, como para congraciarse con sus nuevos aliados, ahora defienden la mano dura contra
Yugoslavia. Nuevo conceptoPara adaptarse a la desaparición de su enemigo natural la Alianza
elaboró un nuevo 'concepto estratégico', el cual presagiaba la acción en Yugoslavia: "Los riesgos para
la seguridad aliada no vendrán de una agresión calculada contra su territorio, sino de las
consecuencias adversas de inestabilidades que pueden surgir por las serias dificultades económicas,
sociales y políticas, incluyendo rivalidades étnicas y disputas territoriales, como sucede en muchos
países de Europa central y oriental", dice el documento aprobado en Londres en 1990. El éxito logrado
en Bosnia en 1995, cuando la Otan reemplazó a la ONU y logró detener el conflicto civil, pareció
aumentar la dependencia europea de Estados Unidos. Eso, y la incondicionalidad de sus aliados
europeos, permitió a los estrategas de Washington pasar por encima del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas (con sus engorrosos sistemas de veto) para atacar a Yugoslavia y, de paso,
entronizar a la Otan como el verdadero brazo armado del único gendarme mundial. Y lo más paradójico
es que el ataque se produce cuando el poder de la región está en manos de representantes de la
socialdemocracia: el español Javier Solanas, secretario general de la Otan; el primer ministro
francés, Lionel Jospin; el italiano Massimo d'Alema, el británico Tony Blair y el alemán Gerhard
Schroeder. Este ultimo ha tenido el dudoso honor de encabezar la primera acción militar alemana
desde la Segunda Guerra Mundial.El bombardeo a Yugoslavia hizo volar por los aires el acuerdo
Rusia-Otan firmado en 1997, por el cual Moscú tenía una oficina en Bruselas para ser "enterada" de las
decisiones estratégicas. Pero en la primera ocasión Rusia fue olímpicamente ignorada, demostrando
que en el nuevo orden mundial no hay lugar para ella.El oso rusoLos estrategas de la Otan creen que
de Rusia hay que cuidarse: "En el caso particular de la Unión Soviética los riesgos e incertidumbres
que acompañan el proceso de cambio no pueden ser vistos aislados del hecho de que sus fuerzas
convencionales son significativamente mayores que las de cualquier otro país europeo y que su gran
arsenal nuclear solo se puede comparar con el de Estados Unidos", dice el documento. Detrás de todo
también hay razones comerciales. Polonia, la República Checa y Hungría se están deshaciendo de
sus aviones MiG-29 y sus fusiles Kalashnikov para ser abastecidas por la Westinghouse, la Boeing y la
Lockheed, privando a Rusia de una de sus principales fuentes de ingresos."Dicen que la ampliación de
la Otan no es contra Rusia, pero se pueden decir muchas cosas y lo que vale son los hechos. La
Otan se amplía hacia el oriente y no hacia el norte o hacia el sur, esa es la realidad", dijo a
SEMANA Pavel Efimovich Kandel, del prestigioso Instituto Europa en Moscú. La ampliación de la Otan
es "negativa, pues amenaza la estabilidad de la relación entre Rusia y Europa al violar el balance
de fuerzas en el que se basó la estabilidad continental. La Otan hubiera podido hacer un acuerdo
con Rusia, pero no actuó así. La ampliación de la Otan llevará a Rusia a apoyarse más que antes
en su punto fuerte, las armas nucleares, lo cual no ayudará a la estabilidad de Europa". Como
respuesta Kandel cree que "Rusia tendría que fortalecer su potencial y oponer a la Alianza una
coalición militar, por ejemplo con Bielorrusia", el país que ahora se encuentra en la frontera de la
Otan. Para la intelligentsia rusa, su país nunca estuvo más amenazado: su economía en ruinas, su
ejército hambriento, incapaz de mantener su potencial nuclear, su aliada Yugoslavia bajo las bombas
y las tropas de la Otan en Brest, en la frontera polaca-bielorrusa, a escasas 10 horas de Moscú en
carro, por donde en 1941 entraron las tropas nazis. La táctica de crear un cinturón militar alrededor de
Rusia y de sembrar el fuego en los Balcanes puede funcionar pero el sentido común dice que es muy
peligroso acorralar a los osos. A las puertas del nuevo siglo los próximos 50 años de la Otan se
presentan más movidos y complicados que los vividos hasta ahora.

Exodo en Kosovo
Las predicciones de los expertos se cumplieron. Lejos de ceder ante la presión de los bombardeos de
la Otan para regresar a la mesa de negociaciones con los rebeldes independentistas, el presidente
serbio Slobodan Milosevic resolvió apretarles las clavijas a los habitantes kosovares de origen albanés.
Sus tropas federales y los paramilitares policiales lanzaron una operación de 'limpieza étnica' que
hace palidecer a las que efectuaron cuando la guerra de Bosnia estaba en su apogeo. Según la Otan
la capital, Prístina, ha sido sellada, 300 poblaciones han sido destruidas y cerca de 500.000 personas
han sido expulsadas a bala de sus casas, de las cuales unas 280.000 todavía se encuentran en
Kosovo. Y los 35.000 que logran salir diariamente están produciendo una crisis inmanejable en los
países receptores. Macedonia, uno de los Estados más pobres de Europa, ya ha pedido auxilio, pues
completó el cupo máximo de 20.000 y sostiene que recibir un número mayor podría 'desestabilizarlo'. El
secretario británico de Relaciones Exteriores, Robin Cook, sostuvo que por lo menos 150.000 personas
caminan hacia la frontera albanesa y que varios miles han sido internadas en campos de
concentración. La Otan sostiene que la responsabilidad total es de Milosevic y que se trata de
operaciones planeadas desde hace tiempo. Pero lo cierto es que la tragedia humana de los kosovares
es la mejor arma del dictador serbio para causar fisuras entre la Otan y rechazo a sus bombardeos. Un
arma que, por lo demás, pone sobre el tapete el fantasma de la guerra en tierra, que asusta a todo el
mundo. Asesinado el diálogo Como si la masacre y el exilio de la población albanesa-kosovar no
fuera suficiente demostración de su postura desafiante, Milosevic acabó con cualquier posibilidad de
diálogo al ordenar el asesinato de los líderes populares del Kosovo. El más importante de ellos era
Fehmi Agani, de 66 años, mano derecha del presidente de la Liga Democrática del Kosovo, Ibrahim
Rugova. Agani, profesor de sociología en la universidad clandestina organizada por los rebeldes
independentistas, participó como miembro de la delegación kosovar en las fallidas conversaciones de
paz de Rambouillet y París. Según parece la muerte de Agani se produjo como resultado de una
operación sistemática destinada a eliminar la élite intelectual kosovar. Poco antes había asistido al
entierro del abogado Bajram Kelmendi, asesinado junto con sus dos hijos en Prístina, y el domingo
también murió Baton Haxhiu, jefe de redacción del diario Koha Ditore. A luchar por YugoslaviaLos
yugoslavos miran con esperanzas a Rusia, esperando que la matushka (madre) los salve de las
bombas de la Otan. En Moscú, mientras tanto, nunca se vio tanta unidad entre el gobierno y la
oposición: todos condenan el bombardeo, pero todos son conscientes de su propia impotencia y
coinciden en que lo único que Rusia puede hacer es pedir una solución pacífica al conflicto. Ante la
pasividad del gobierno las cabezas más calientes, de jóvenes sin trabajo, de soldados u oficiales sin
sueldo y sin casa, inspirados por corrientes nacionalistas, como el Partido Liberal Democrático de
Vladimir Zhirinosvki, los cosacos, o el Partido Comunista, se ofrecen como voluntarios para combatir
las bombas de la Otan. "Solo necesita su pasaporte y su documento militar", dijo a SEMANA el
muchacho que atiende la oficina de voluntarios abierta por el PLD en Chistie Prudi, en pleno centro de
Moscú. Andrei Manilov, responsable de la oficina, comentó a esta revista que hasta ahora van 40.000
anotados en todo el país y 10.000 en Moscú. "En su mayoría jóvenes, de 20 a 35 años, especialistas
militares, oficiales del ejército sin trabajo, jóvenes, pilotos de bombarderos, oficiales de artillería,
especialistas en el manejo de las baterías antiaéreas Zenith y tropas de élite que están listos para
viajar en cualquier momento. Estamos en discusiones con el gobierno yugoslavo para ver la fecha en
que viajarán. No esperábamos tal estallido de patriotismo para defender a este pueblo hermano, pues
si hasta la semana pasada lo que pasaba en Yugoslavia era un conflicto interno, ahora ya es
internacional y nosotros podemos ser los próximos", concluye. SEMANA no pudo comprobar la
veracidad de la cifra de voluntarios pero es un hecho que en todo el país se han abierto oficinas para
recibir a los candidatos a combatientes. Los cosacos, tradicionales defensores de las fronteras del
imperio ruso en la época del zar, también consideran su deber defender a sus hermanos en desgracia:
"A partir de hoy todo el que continúe engañando al pueblo, diciéndole que no existe ninguna amenaza
militar de parte de Estados Unidos y de la Otan, debe ser considerado como incapaz o como una
persona que trabaja conscientemente para fuerzas enemigas de Rusia", dice un comunicado de la
Unión de Cosacos de Rusia, declarando "abierta la inscripción de voluntarios para dirigirse a la
República de Yugoslavia. Los cosacos saludan la lucha heroica del pueblo hermano serbio y declaran
su disposición a brindarle la ayuda necesaria".Fase tresEl domingo 14 el secretario general de la
Otan, Javier Solana, dio el visto bueno para el inicio de la fase dos de la operación contra
Yugoslavia, consistente en bombardear a las tropas que están masacrando a los kosovares.Y el
martes la Otan pasó apresuradamente a una 'fase tres', en la que los objetivos podrían abarcar
cualquier lugar de Yugoslavia. La Alianza respondió así a un torpe plan de paz de Milosevic que
confirmó su disposición belicosa. Pero los riesgos son grandes, pues no está demostrado que se
haya cumplido la fase uno, la destrucción de las defensas antiaéreas, y ahora los ataques se realizan
con aeronaves más lentas como el Warthog (abajo), que operan a menores alturas y, por lo tanto, son
más vulnerables. Y en cualquier caso la ampliación del teatro de operaciones hizo crecer el temor de
que el uso de tropas terrestres, rechazado por el presidente Bill Clinton, sea inevitable. Se requerirían
300.000 soldados de la Otan, más que los empleados en la Guerra del Golfo. Y Yugoslavia no es
precisamente Irak.