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Peng Liyuan es una verdadera estrella: ha actuado en más de 50 países y se considera la intérprete oficial de la gala de Año Nuevo de la cadena estatal de televisión, que registra más de 700 millones de espectadores.

CHINA

Así es la Carla Bruni comunista

Con una portentosa voz de soprano, un uniforme militar lleno de medallas y un rostro perfecto, la nueva primera dama de China es toda una estrella de rock en el país más pobado del mundo.

14 de noviembre de 2012

El selecto club de las primeras damas que con su belleza y carisma opacaron por momentos a sus esposos, encabezado por Eva Perón, Jackie Kennedy, Carla Bruni y, por supuesto, Michelle Obama, tiene una nueva integrante en el lejano oriente. Se trata de Peng Liyuan, la esposa del vicepresidente chino Xi Jinping que fue designado en el último Congreso del Partido Comunista Chino para suceder a Hu Jintao a partir de enero de 2013.

Peng Liyuan, al igual que la esposa del expresidente francés Nicolás Sarkozy, pasó de cantar en los escenarios a estar detrás de la tarima política, apoyando a su marido. Sin embargo, no ha logrado salir del todo de los reflectores para permitir que su esposo brille. En China se sabe muy poco de Xi Jinping, futuro Jefe de Estado, pero todos conocen y aman a la carismática Liyuan, de 49 años.

Ella es lo más cercano a una estrella de rock, con miles de fans que se saben sus canciones, la siguen a sus conciertos y la consideran un ícono de la moda. Ha actuado en más de 50 países y se considera la intérprete oficial de la gala de Año Nuevo de la cadena estatal de televisión, que registra más de 700 millones de espectadores. 
 
Liyuan no habla de romances y pasiones en su letras sino de patriotismo e inspiración para las tropas. Conocida como ‘la Princesa Roja’, por ser hija de un veterano comunista que luchó junto a Mao, a los 18 años se convirtió en miembro del Ejército de Liberación Popular.
 
Originaria de Yuncheng (provincia al oriente de Pekín), empezó como cualquier soldado, pero sus dotes vocales la llevaron a cantar en las bandas militares, como revela su biografía publicada en los portales oficiales de la República Popular.


 
Su fama empezó con su participación en la gala de año nuevo chino en 1982, donde interpretó ‘En las llanuras de la esperanza’, canción que se convertiría en casi un himno para el partido comunista. Peng no es una mujer convencional. Fue una de las primeras cantantes en obtener en China la maestría en música tradicional étnica cuando el diploma fue establecido en la década de 1980. Además, habla inglés y es toda una ‘fashionista’.

En la actualidad es reconocida como “intérprete nacional de primer grado” y es considerada una especie de guerrera-artista, con rango de General de su división. Por eso, cuando no está usando su traje militar, repleto de medallas y reconocimientos, prefiere vestirse de rojo en sus presentaciones. En honor a la República Popular China que tanto ama. De hecho, es tal su pasión por la patria que a su hija, nacida en 1992, la bautizó Xi Mingze, que se puede traducir como “una buena persona para el país”.
 
Un paso al costado 
 
 Liyuan Peng dejó de brillar en los escenarios en 2008, cuando su marido fue nombrado vicepresidente y se retiró de la vida pública para no eclipsarlo con su fama. Xi Jinping apenas era conocido en las altas esferas del poder, tanto así que se bromeaba sobre la identidad de la pareja: "¿Quién es Xi Jinping? ¡Ah, sí, el marido de Peng Liyuan!".

Peng se casó con Xi hace 25 años. Cuando se conocieron ella ya era toda una celebridad pero él, en vez de fijarse en su ropa o preguntarle por su fama, se dedicó a indagar sobre sus técnicas de canto. "Me conmovió en ese momento. Ese es el hombre que busca mi corazón: sencillo, pero reflexivo", dijo Peng en una entrevista a un diario chino. Contó que Xi más tarde le dijo: "menos de 40 minutos después de conocerte, supe que serías mi esposa".

Un año después de ese encuentro, la pareja, hoy la más popular del gigante asiático, unió sus vidas para siempre. Eso sí, no hubo tiempo para la luna de miel porque Liyuan se fue de gira a Norteamérica cuatro días después. Así como él le permitió llevar su música al mundo entero, ahora ella quiere apoyar a su esposo en su carrera hacia el máximo cargo de China y por eso, le puso una pausa a su carrera como cantante.

Para no opacar a su esposo, en los últimos años Liyuan se concentró en la filantropía al igual que lo hacen las primeras damas en otros países. Con el apoyo de Bill Gates se dedicó a promover el Día Mundial Sin Tabaco y desde junio de 2011 es embajadora de la Organización Mundial de la Salud en la campaña contra la tuberculosis y el virus del sida.

De vuelta al estrellato
 


Desde la sanguinaria Jiang Qing, última esposa de Mao Tse Tung, las primeras damas chinas han permanecido en la sombra. Y es que la "emperatriz roja" dejó un amargo recuerdo entre el pueblo por sus abusos durante la Revolución Cultural.

Sin embargo, se espera que Liyuan Peng cambie esa historia y juegue un papel protagónico en el gobierno, como está acostumbrada, una vez su marido asuma formalmente el poder. “Peng podría cambiar esta historia y ayudar a Xi a tener una imagen menos acartonada y fría, como generalmente son los políticos chinos", le explicó Michel Bonnin, director del Instituto franco-chino de la Universidad de Tsinghua, a la agencia AFP.

Y es que aunque en China el presidente no llega al poder por elección popular, sí es de vital importancia que tenga el apoyo del pueblo o, por lo menos, del Ejército, donde está la mayor parte de admiradores de Liyuan.

Hace poco la futura primera dama hizo un paréntesis en su rol de esposa para protagonizar la ópera china "Mulan Psalm" en la provincia china de Henan. Curiosamente, este melodrama está basado en la leyenda de una mujer que se disfraza de hombre para sustituir a su padre enfermo en el Ejército. Al final, la valerosa guerrera salva a su país de los invasores y el emperador la condecora con los más altos honores.

Tal vez Liyuan, al igual que el personaje que interpreta en la ópera, termine por demostrar que aquel proverbio chino que reza: “da importancia al hombre y réstala a la mujer” está errado y que es momento de que las primeras damas sean más que una figura decorativa.