Home

Mundo

Artículo

ASUNTOS DE FAMILIA

El secuestro de la hija del presidente Duarte revela divisiones en la guerrilla salvadoreña

14 de octubre de 1985

El giro hacia el terrorismo urbano que el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) sorpresivamente inaugurara el pasado 19 de junio cuando 13 personas, incluidos 4 marines norteamericanos, fueron abatidas en un café de San Salvador por uno de los grupos integrantes de dicha coalición opositora, al parecer ha sido dramáticamente confirmado con el secuestro de la hija mayor del presidente Napoleón Duarte, ocurrido el martes 10 de septiembre en el barrio Flor Blanca de la capital salvadoreña.
Con agilidad similar a la desplegada durante la acción de junio, los secuestradores atacaron con disparos al jeep de los guardaespaldas matando en el acto a uno de ellos, así como al conductor del Toyota en el que Inés Guadalupe Duarte viajaba, y dejando gravemente heridos a los otros tres hombres. En medio de la confusión dos de los comandos, vestidos con ropas de civil y fuertemente armados, arrancaron a la hija de Duarte de su asiento --ilesa hasta ese momento-- tomándola de los cabellos, según dijeron algunos testigos, llevándose también consigo a una compañera de Inés Guadalupe, Cecilia Villeda. Luego huyeron de la escena a gran velocidad, en la misma camioneta que emplearon para llegar hasta allí.
Los asaltantes y sus víctimas no fueron hallados. En las horas que siguieron no hubo la consabida llamada reivindicando el secuestro. Tampoco Radio Venceremos ni Radio Farabundo Marti, las dos emisoras clandestinas de la izquierda armada, mencionaron el hecho. No obstante, un funcionario de la Guardia Presidencial expresó que los asesores de Duarte no cuidaban de que el ataque fuera obra de los guerrilleros del FMLN. El mavor D'Aubuisson, líder de la derecha terrorista, acusa también al FMLN.
La hija del Presidente, picada por el virus familiar de los Duarte, es una activa militante del Partido Demócrata Cristiano. Su hermano Alejandro fue alcalde de la capital del país hasta marzo pasado. Inés Guadalupe, madre divorciada con tres hijos, ha dirigido el servicio de Relaciones Públicas del PDC, así como las últimas campañas electorales de su padre. Hasta el martes, dirigía Radio Libertad, la estación del partido de gobierno.
El incidente obligó al Mandatario salvadoreño a cancelar un viaje que debía efectuar la próxima semana a los Estados Unidos para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas y recibir un diploma de honor en Boston.
¿Qué buscan con tal secuestro sus autores? Julio Adolfo Rey Prendes, ministro de Comunicaciones salvadoreño, dijo el miércoles que hasta ese momento nada se sabía, dado el silencio de la guerrilla. "Condenamos este horrible acto que demuestra un desinterés absoluto por los derechos humanos", declara muy afectado Napoleón Duarte, al reafirmar que su gobierno continuará luchando contra la guerrilla izquierdista. Sus allegados señalaron que el Mandatario no está inclinado a negociar con los secuestradores. Lo interesante es que Washington, según el documento secreto revelado por un diario norteamericano, está convencido de que el diálogo con los rebeldes salvadoreños debe reabrirse,pues como van las cosas ninguno de los dos bandos vencerá al otro militarmente.
Por otra parte, si se confirma la autoría guerrillera del secuestro, este hecho ahondará sin duda las diferencias que han comenzado a aflorar entre las alas radical y moderada de la oposición armada salvadoreña sobre el empleo del terror como medio de lucha. Después del ataque al café e 19 de junio, dos figuras de la oposición, Guillermo Ungo y Rubén Zamora, expresaron públicamente sus críticas a tal acto. Ungo es el presidente del Frente Democrático Revolucionario (FDR), agrupación que incluye varios partidos políticos y organizaciones profesionales de mentalidad socialdemócrata, el FDR aliado al FMLN, constituye por decirlo así, el ala civil del campo guerrillero. Ungo y Zamora viven en el exilio y viajan constantemente dando a conocer las posiciones de los revolucionarios salvadoreños. El primero de estos criticó también públicamente la quema guerrillera de varias alcaldías, antes de las elecciones de 31 de marzo.
El 27 de agosto pasado, el gobierno salvadoreño reveló que dos semanas antes había capturado a tres de los que intervinieron en la balacera del 19 de junio. En rueda de prensa, realizada en un cuartel de la Guardia Nacional, los periodistas escucharon las declaraciones autoinculpatorias de tres salvadoreños: William Celio Rivas Bolaños, Juan Miguel García Meléndez y José Abrahan Dimas Aguilar, quienes dijeron haber participado en ese asalto y ser miembros del Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, uno de los grupos guerrilleros más pequeños dentro del FMLN.
El gobierno admitió que dos agencias norteamericanas, el FBI y la CIA colaboraron en la investigación que culminó con la captura de tales hombres. La guerrilla negó expresamente que los tres hubieran estado involucrados en esa acción, a la cual calificó de "golpe decisivo para Estados Unidos".
A mediados de agosto, los líderes del FMLN anunciaron que el campo rebelde estaba haciendo importantes progresos en su unidad, respondiendo así a las sospechas sobre divisiones internas entre ellos, no sólo causadas por las críticas de Ungo a los métodos terroristas, sino porque uno de los grupos guerrilleros, las Fuerzas de Liberación Popular, no aprueba tampoco algunas tácticas de otro integrante del FMLN, el Ejército Revolucionario Popular, que este año ha se cuestrado 17 alcaldes.
Por lo que se ve, el secuestro de la hija del Presidente salvadoreño no sólo va a causar dolores de cabeza al régimen de Napoleón Duarte, sino que va a incrementar las disensiones internas de sus adversarios de izquierda.--