Home

Mundo

Artículo

| Foto: AFP

TERRORISMO

El año en que el terrorismo se ensañó con París

La capital francesa sufre en menos de diez meses la segunda masacre perpetrada por los yihadistas. Aún se recuerda la matanza en la sede de la revista satírica Charlie Hebdo.

13 de noviembre de 2015

Francia se ha convertido, en este 2015, en el punto de mira del terrorismo yihadista. Una seguidilla de atentados se han producido en menos de diez meses y han dejado hasta el momento más de un centenar de muertos. También ha sembrado el miedo entre los franceses.

París ha sido el epicentro del dolor. Apenas cuando se recibía el nuevo año, los hermanos Saïd Kouachi y Chérif Kouachi, vinculados con la red Al Qaeda, irrumpieron en las oficinas de la redacción de la revista satírica 'Charlie Hebdo' a los gritos de “Alá es grande”, y tras entrar abruptamente dispararon indiscriminadamente contra quienes allí se encontraban. El tiroteo tuvo lugar en la mañana del 7 de enero, y provocó la muerte de doce personas, entre ellos varios dibujantes de la publicación. En su momento se advirtió que el atentado era producto de una represalia por una caricatura que ridiculizaba la figura de Alá.

Los terroristas lograron escaparse ilesos de la redacción del Charlie Hebdo, pero tras dos días de persecución policial, terminaron abatidos -dos días después de la masacre- en una fábrica de Dammartin-en-Goële.

La persecución de los hermanos Kouachi coincidió con las acciones de Amedy Coulibaly, declarado miembro de Estado Islámico. Coulibaly mató a tiros a una policía en el barrio de Montrouge, el 8 de enero y un día más tarde se atrincheró en un supermercado judío de París, un desesperado secuestro que concluyó con la muerte de cuatro rehenes y del propio terrorista.

Fueron estos episodios los que llevaron al gobierno del presidente François Hollande a elevar el máximo nivel de alerta sobre el país y motivó el mayor despliegue de seguridad de las recientes décadas. La defensa se concentraba en París, principal escenario de preocupación.

La tensión interna condujo a que Francia se sumara a la primera fila de protagonismo en la lucha internacional contra el terrorismo. Una actitud que en buena parte era motivada por la posibilidad, muy alta, de que el territorio francés volviera ser víctima del terrorismo.

De hecho, el pasado mes de septiembre, el presidente François Hollande confirmó que Francia comenzaría a bombardear posiciones del Estado Islámico en Siria, decisión que justificó como una medida de "legítima defensa".

Probablemente, esa decisión haya puesto a Francia aún más en la mira del terrorismo. El Estado Islámico ha respondió con amenazas a la intervención militar extranjera en Siria y contra los países aliados de Estados Unidos.

Son los antecedentes de la más oscura noche para los parisinos, pues así fue la que vivieron este viernes 13 de noviembre. Pasadas las diez de la noche, tres explosiones cerca del Estadio de Francia -donde se encontraba el presidente Hollande viendo el amistoso entre Francia y Alemania- junto con tres tiroteos en otros sectores de la ciudad, cerca de la sede del Charlie Hebdo, dejaron más de un centenar de muertos. La mayor masacre terrorista que haya sacudido al país.

La amenaza terrorista se había posado sobra París desde el 2014. En octubre un grupo yihadista había alentado los ataques a Francia de los llamados ‘lobos solitarios’, término que hace referencia a quienes planifican y ejecutan actos terroristas por cuenta propia, sin pertenecer a una organización.

Pero fue en marzo del 2013 cuando un grupo islamista vinculado con Al Qaeda amenazó de muerte al presidente francés: "A nuestros lobos solitarios en Francia, ejecuten a la cabeza del ateísmo y de la criminalidad. Aterroricen a su maldito gobierno, que exploten y vivan el horror", se leía en la plataforma mediática de los muyahidines, grupo cercano a Al Qaeda.

Y a pesar de la alertas, Francia volvió a ser vulnerable,  en un año en el que el terrorismo se ensañó con París.

*Con información de agencias.