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Atrocidades en Irán: la tragedia que enluta a los deportistas que se manifiestan en contra del Gobierno de ese país
La muerte de un karateca en la horca conmocionó al mundo del deporte, que ya había visto durante el Mundial de Qatar cómo un jugador de fútbol fue condenado a morir por apoyar las protestas a favor de los derechos de las mujeres. Las entidades poderosas como la Fifa son indiferentes.
“Me dieron la pena de muerte. No le digas nada a mamá, que Dios los perdone”, fueron las últimas palabras del karateca Mohammad Mehdi Karami a su padre. El joven fue ejecutado en la horca de Irán, tras ser acusado por el asesinato de un basiji miliciano islámico en noviembre de 2022, durante las protestas por la muerte de la mujer kurda Mahsa Amini.
Arrodillado con la foto de su hijo, flores en mano, al lado de sus seres queridos y llorando desconsolado, se ve al padre del múltiple campeón en artes marciales.
“Yo le preguntaba ‘¿Mehdi, por mi vida, tú hiciste eso?’, y él me decía ‘te lo juro que no, papá, por Dios, te lo juro por tus manos trabajadoras, no’”, dijo el padre a los medios, asegurando que no les permitieron defenderse con un abogado.
SEMANA contactó a Laura López y a Nassim Papayianni, senior campaigner de Amnistía Internacional en Irán, quienes aseguraron que aunque no hay una entidad netamente dirigida a proteger a los deportistas, las ONG los apoyan no por ser atletas, sino porque se les están violando sus derechos fundamentales como seres humanos.
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“Todos los países que se acogen a la declaración universal de derechos humanos firmada en 1948 deben respetar los 30 acuerdos de esta. Irán es parte de ello. Cuando se violan los tratados, Amnistía Internacional investiga y presiona a los gobiernos para que desistan de la decisión que están tomando”, aseguraron.
Carlos Queiroz, extécnico de las selecciones de Colombia y de Irán, con su grupo de jugadores en Qatar le mostró al mundo su solidaridad con el pueblo iraní. No cedió a presiones del Gobierno y convocó a Sardar Azmoun (foto de abajo), delantero del Bayer Leverkusen que se quejó de la Policía de la Moral por los asesinatos. El equipo no cantó el himno nacional ante Inglaterra.
“Los jugadores son libres de protestar como lo harían si fuesen de cualquier otro país, siempre y cuando se ajuste al reglamento del Mundial y esté dentro del espíritu del juego. Todo el mundo tiene derecho a expresarse”, dijo en rueda de prensa.
Esta casa periodística lo contactó para hablar de los deportistas sentenciados y asesinados en su país. El entrenador pidió remitirse a lo expresado en Doha y no amplió su versión debido a su salida del cargo.
El régimen de Irán ha dictado sentencia a aquellos que incurren en moharebeh o ‘enemistad con Dios’, el mismo por el que inicialmente condenaron a Amir Nasr-Azadani, futbolista que había participado de las protestas en favor de los derechos humanos de las mujeres en pleno Mundial, según lo informó la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales. Sin embargo, esa decisión cambió a 26 años de cárcel por un tribunal que acusó al deportista del supuesto asesinato de tres miembros de las fuerzas de seguridad.
Ahmed Atef Daraghmeh fue un futbolista de 23 años del Tulkarem, equipo de la primera división de Cisjordania, asesinado por las tropas del ejército del gobierno de Israel en enfrentamientos en Nablus. Fue atacado por la espalda y recibió varios disparos.
La madre del propio Ahmed Atef solicitó a la Fifa que realice una investigación para poder honrar y limpiar la memoria de su hijo. El silencio predomina en la máxima entidad del fútbol.
“Junto con futbolistas profesionales de todo el mundo y la comunidad internacional general, hemos observado eventos en Irán con extrema preocupación. Todos, las mujeres y los hombres iraníes, merecen vivir sin miedo y disfrutar sus derechos humanos básicos.”, dijo la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales a SEMANA.
Por su parte, la escaladora Elnaz Rekabi(foto de arriba a la izquierda) –que estuvo sin su hija en los Campeonatos Asiáticos de Seúl (Corea del Sur)– permanece en arresto en su casa, que fue demolida. Engrosan la cifra de asesinados, Ali Mozaffari, voleibolista del Saipa de Teherán; Mohammad Ghaemifar, futbolista del Jondishapur Omid; Ehsan Ghasemifar, culturista. Sus triunfos no cuentan, su voz de protesta les cuelga la medalla de la muerte.