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Australia arremete contra Google

El ministro de Comunicaciones de ese país criticó a la compañía estadounidense debido a que los automóviles con los que fotografía las calles de múltiples ciudades alrededor del mundo recopilaran datos privados de redes inalámbricas.

BBC MUNDO
25 de mayo de 2010

Un alto funcionario del gobierno australiano acusó al gigante de internet Google de haber provocado la mayor ruptura de privacidad de la historia con suprograma Street View.

El ministro de Comunicaciones, Stephen Conroy, criticó severamente a la compañía estadounidense debido a que los automóviles con los que fotografía las calles de múltiples ciudades alrededor del mundo recopilaran datos privados de redes inalámbricas.

No obstante, según Google las críticas de Conroy surgen por las críticas que ha hecho la empresa a los planes del gobierno australiano de introducir un filtro dedicado a bloquear contenidos ilegales.

Google reconoció la semana pasada que durante los tres últimos años ha recopilado "por error" información de usuarios particulares de internet a través de redes inalámbricas WiFi que no estaban protegidas.

Sin embargo, para Conroy no se trató de un "error".

"Realmente fue algo deliberado, el programa informático que recopiló los datos fue diseñado para recoger esa información", aseveró el funcionario.

"Ellos consideran que tienen legitimidad para tomar decisiones sobre la privacidad de la gente y que pueden recorrer las calles recopilando información privada y fotografiando", añadió..

Según informa el corresponsal de la BBC en Australia Nick Bryant, la arremetida del ministro fue "salvaje", hasta el punto que llegó a calificar de "asquerosa" la actitud del director ejecutivo de Google, Eric Schmidt.

Google lo niega
Google reconoció que la información recolectada anteriormente de redes inalámbricas puede incluir partes de un correo electrónico, de textos, fotografías, o incluso la página de internet que el usuario estaba consultando.

En un blog oficial de la compañía, los responsables aseguraron que tan pronto como tuvieron conocimiento del problema impidieron que sus automóviles recogieran información de las redes WiFi y segregaron los datos recopilados en su red.

La compañía ha pedido a una tercera parte que revise el software que causó el problema y examine de manera precisa qué datos han sido recolectados.