Home

Mundo

Artículo

Bradley Manning | Foto: .

MUNDO

Bradley Manning, el hombre olvidado por los medios

Más de mil días han pasado desde la detención del soldado acusado de filtrar documentos sensibles a WikiLeaks, pero el interés por él parece haber disminuido.

Thomas Sparrow, BBC Mundo
28 de febrero de 2013

¿Qué ha pasado con Bradley Manning -héroe para algunos y traidor para otros- y por qué ha cambiado el interés mediático sobre uno de los juicios de más alto perfil en años en Estados Unidos?

El soldado estadounidense acusado de filtrar miles de cables diplomáticos a WikiLeaks lleva más de mil días detenido, y con el paso del tiempo también ha disminuido el interés por la que fue una de las grandes noticias de los últimos tiempos.

Entre las razones de esta disminución -según los expertos consultados por BBC Mundo- están precisamente la longitud del proceso y los pocos detalles que se conocen sobre lo que está ocurriendo en la corte, hasta el punto que fue necesaria una acción legal apoyada por 47 medios de comunicación para que el Pentágono revelara información.

Y este miércoles lo hizo, un día antes de que Manning anunciara que se declarará culpable de 10 de los 22 cargos de los que fue acusado.

"Manto de secretismo"

"Este caso es único y es difícil decir con qué debería compararse", dice Steven Aftergood, director del programa sobre secretos gubernamentales de la Sociedad Estadounidense de Científicos.

"Sí ha recibido más atención que la mayoría de casos en las cortes militares, pero tal vez menos de lo que se esperaría para un caso que ha generado atención internacional, incluso global".

David Brown, coautor de un libro por publicarse sobre el aparato secreto del gobierno de Estados Unidos, dice que una de las razones es precisamente el tiempo que se ha extendido todo el proceso.

Manning no sólo ha pasado casi tres años detenido, sino que desde su detención hasta la presentación de los 22 cargos pasaron 635 días.

"No hay forma que Manning pueda comandar la atención mediática por ese periodo", dice Brown.

El autor agrega que otra razón es lo que él califica como el "manto de secretismo" en el que ha estado envuelto el caso y ejemplifica con una noticia conocida este martes sobre la posibilidad de que testifique uno de los agentes que pudo haber participado en la operación que mató a Osama bin Laden.

"Se trata de un miembro no identificado de una organización secreta que testificará en una ubicación secreta en un juicio secreto sobre información secreta", dice.

"Cualquier miembro de la prensa tendrá dificultades para cubrir el tema cuando se trabaja con ese tipo de información".

Este debate ha sido analizado por empresas observadoras de medios como FAIR y hasta en los mismos medios, como constan un texto de Ed Pilkington en The Guardian y un artículo de Margaret Sullivan, la columnista de The New York Times que escribe sobre el día a día de este periódico.

Sullivan escribió en diciembre que se debería haber enviado un reportero a las audiencias. Publicó también la respuesta de David Leonhardt, editor en la capital estadounidense, que anotó que si bien el periódico ha estado informando, no cubrirá cada pequeño paso del proceso.

Largo camino

Desde cuando fue arrestado en mayo de 2010 bajo sospecha de haber entregado información sensible para la diplomacia estadounidense, el caso contra este exanalista de inteligencia de 25 años ha sido largo y polémico.

Pasó del desierto de Irak, donde fue detenido, a una base en Kuwait, de ahí a la base militar Quantico, en el estado de Virginia, y de ahí a Fort Leavenworth, en Kansas.
En Fort Meade, unas instalaciones del ejército en Maryland, ha atendido los procedimientos previos a su juicio.

De todos esos lugares, la base militar en Virginia es la que más ampollas ha levantado por el trato que dice haber recibido: una celda sin luz natural donde permaneció solo durante prácticamente todo el día, sin poder recostarse, y donde debió dormir desnudo durante varias noches, según contó su abogado, David Coombs.

Coombs también dijo en su blog que cada cinco minutos los guardias le pedían a Manning que respondiera una pregunta para evitar que se durmiera.

Más de 250 expertos legales de EE. UU. condenaron el trato y lo calificaron de inconstitucional, y Juan Méndez, el relator especial de Naciones Unidas para temas de tortura, dijo que las "serias condiciones disciplinarias" representaron una violación a sus derechos.

Y aunque los militares argumentaron que las medidas eran necesarias para que el detenido no se hiciera daño, la jueza militar encargada del caso, Denise Lind, dijo a principios de este año que la detención fue "excesiva en relación con los intereses legítimos del gobierno".

Por ello, Lind dijo que a Manning se le reducirán 112 días de su eventual sentencia, un tema que se recordó este jueves cuando el soldado anunció que se declarará culpable de 10 de los 22 cargos de los que fue acusado, aunque rechazó el más importante, el de haber "ayudado al enemigo", que podría acarrearle cadena perpetua.

Fue una noticia importante, cubierta ampliamente, e indica que el interés mediático por el caso de Manning puede repuntar, de manera especial a medida que se acerca su juicio previsto para el 3 de junio.