Lula, ¿a prisión preventiva?

Según el ente, el exlíder del Partido de los Trabajadores podría movilizar su “violenta red de apoyo” y obstaculizar las investigaciones por lavado de dinero y ocultación de patrimonio en su contra, que la semana pasada llevaron a detenerlo fugazmente.

En efecto, a raíz del allanamiento e interrogatorio, las protestas a su favor no se hicieron esperar, con pancartas que reiteraban su honestidad. Pero, ahora, el mayor problema es que se está implicando a la presidenta Dilma Rousseff por, supuestamente, intentar proteger a Lula.

Se rumora que la mandataria podría darle un puesto político que lo blindaría frente a la Justicia ya que solo el Tribunal Supremo Federal podría juzgarlo.

Cada vez suena más la posibilidad de que Lula da Silva se lance de nuevo a la Presidencia en 2018 y sus seguidores denuncian incansablemente un supuesto “circo mediático” para atacar al exsindicalista.

Por lo pronto, no hay una decisión frente a la solicitud de tomar medidas cautelares, pero en caso de que fuera condenado, Lula podría pagar hasta 13 años de cárcel. Mientras el ídolo de los trabajadores se tambalea, la crisis brasileña se agrava cada vez más.