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Capriles consolida liderazgo

A pesar del desánimo entre el voto opositor en estas elecciones, Henrique Capriles logró conservar el estado Miranda. Su triunfo catapulta su liderazgo dentro de la oposición.

17 de diciembre de 2012

La oposición venezolana, aglutinada en la Mesa de Unidad (MUD) fue duramente golpeada en las elecciones regionales. Pasó de tener 7 estados a sólo 3, Miranda, Lara y Amazonas. Sin embargo, su figura principal, Henrique Capriles Radonski, gobernador de Miranda y quien se enfrentó al presidente Chávez en las pasadas elecciones presidenciales, logró consolidarse como líder de la oposición venezolana.
 
En los últimos días había nerviosismo sobre la posibilidad de que Capriles perdiera la gobernación de Miranda, considerada la joya de la corona, frente al candidato del chavismo, el ex vicepresidente Elías Jaua. Las encuestas señalaban que la distancia entre ambos se estaba cerrando. De hecho, el resultado final no fue holgado. Capriles obtuvo el 50.35 por ciento de los votos y Jaua el 46.13 por ciento.
 
“Ya van dos vice presidentes derrotados”, dijo Capriles quien esperó a que el CNE se pronunciara con resultados oficiales. Se refería no solamente a Jaua sino también a Diosdado Cabello, actual presidente de la Asamblea Nacional, y quien fue gobernador de Miranda hasta 2008, cuando Capriles le ganó en las urnas contra todos los pronósticos.
 
La pregunta que ahora ronda en Venezuela, tras los resultados electorales y ante la incertidumbre política que hay desde que se conoció el grave estado de salud del presidente Chávez, es si Capriles se enfrentaría y si le ganaría a un tercer vicepresidente, en este caso, a Nicolás Maduro, quién Chávez señaló como su candidato en caso de que él no pueda tomar posesión como presidente el próximo 10 de enero. La constitución venezolana dice que, de ser así, el gobierno debe convocar nuevamente a elecciones en un plazo de 30 días.
 
En las elecciones presidenciales del pasado octubre, Capriles obtuvo más de 6 millones y medio de votos y logró un reconocimiento a nivel nacional, condiciones favorables para enfrentarse al ex canciller Maduro. Sin embargo, ante la pregunta de algunos periodistas de si él se lanzaría nuevamente a la presidencia, Capriles evadió la respuesta y dijo que no andaba en esos cálculos. Incluso le pidió a centenares de personas que le gritaban en la calle mientras él daba un discurso desde el balcón de su sede de campaña que dejaran de gritar “Se ve, se siente, Capriles presidente”.
 
Pero varios elementos de su discurso y de su puesta en escena, sin embargo, dan algunas señales de que él no está pensando únicamente en continuar su gestión en Miranda, sino que aspira a más, y más temprano que tarde.
 
Desde que apareció antes las cámaras envió un mensaje para todo el país, no sólo para Miranda. Vestido con una chaqueta tricolor con el letrero de Venezuela en la espalda y con la característica gorra que se convirtió en el punto de honor de la oposición, reconoció humildemente el triunfo en Miranda y luego le habló a toda la nación. “No puedo sentirme feliz por nuestra Venezuela”, dijo.
 
Como si fuera el presidente de la MUD mencionó a cada uno de los demás candidatos que se enfrentaron en esta contienda al chavismo y dijo que sus liderazgos tenían que continuar, porque era un trabajo de equipo. “Pablo Pérez hoy no es menos líder de lo que era ayer”, dijo refiriéndose al gobernador del Zulia, estado bastión de la oposición desde hace varios años, y a quien se perfilaba como otro de los potenciales candidatos presidenciales ante una nueva elección.
 
También mencionó a los dos candidatos ganadores, Liborio Guarulla en Amazonas, pero sobre todo a su aliado Henri Falcón, ex chavista y gobernador reelecto del estado Lara. Falcón iba a ser la fórmula vicepresidencial de Capriles si llegaba al poder y fue una de las figuras claves en su campaña a la presidencia. Tras conocer los resultados electorales, Falcón anunció que en los próximos días él y Capriles darán una rueda de prensa juntos. De alguna manera, el triunfo de Falcón en Lara es también un triunfo que puede compartir Capriles.
 
Ambos se consolidan ahora como las figuras más importantes dentro de la oposición, en dónde no sobran rencillas y divisiones entre los partidos. Si algo quedó demostrado con la reelección de Capriles y Falcón, es que a los venezolanos les importan más las figuras individuales que construyen caudales electorales propios a punta de simpatía y resultados en la gestión, que la representatividad de los partidos. De hecho, Capriles mencionó muy de paso el tema de los partidos en su discurso.
 
Tal vez lo más importante, sin embargo, es que habló entre líneas de que próximamente podría haber un recambio de poder en Venezuela y que ahora es cuando menos se puede perder la esperanza de construir un proyecto político alternativo. Dijo que la política era como una esfera, a veces se está arriba y a veces se está abajo, pero que la lucha está ahí, y que la llama que quedó sembrada no se ha apagado. “Llegará el momento, estamos cerquitica, está a la vuelta de la esquina…..Ese recambio está cerquita, se siente en el aire”, dijo, y antes de despedirse de sus seguidores, desde el balcón, volvió a repetir una de las frases que marcaron su campaña: “Los tiempos de Dios son perfectos.”