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Jeffrey Bezos, cofundador de Amazon y comprador del diario Washington Post. | Foto: EFE

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Cerebro de Amazon al rescate del ‘Washington Post’

Jeff Bezos, se convirtió en el más poderoso ejecutivo del mundo de la tecnología tras la muerte de Steve Jobs.

Alianza BBC
6 de agosto de 2013

En efecto, el estadounidense de 49 años ocupa el puesto número 19 en la lista de los hombres más ricos del mundo según la revista Forbes.


Bezos tiene una fortuna personal valorada en US$25.000 millones.

Y ahora decidió gastar alrededor del 1% de ese dinero, US$250 millones, en comprar el tambaleante Washington Post, uno de los dos "históricos" de la prensa tradicional estadounidense, junto al New York Times.

Todos se preguntan por qué lo hizo. Las respuestas son varias y difíciles de calificar, sobre todo si se tiene en cuenta que Bezos dijo en una entrevista al diario alemán Berliner-Zeitung en noviembre de 2012 que en 20 años no habría más diarios impresos.

Hay quienes señalan que al tener un diario de tal calibre gana capacidad de influir en las esferas políticas.

El negocio de los diarios se ha venido a menos (muchos han perdido hasta diez veces su valor en la última década) y varios multimillonarios ya han invertido en ellos.

Este fin de semana John Henry, dueño del equipo de Grandes Ligas Medias Rojas de Boston, compró el Boston Globe, que pertenecía al New York Times.

Y el multimillonario Warren Buffett lleva dos años comprando diarios locales.

Muchos creen que Bezos podrá utilizar sus conocimientos y experiencia en los negocios digitales para volver redituable la operación en línea del Washington Post.

También se especula con posibles formas de integrar el negocio de noticias con el de los lectores de libros digitales.

En octubre de 2012 dijo en una entrevista a la BBC que le encanta inventar. "Nos encanta emprender, hasta nos encanta entrar en callejones sin salida".

Pero por ahora nadie sabe a ciencia cierta qué hará Bezos con el diario.

¿Quién es este hombre?

Bezos nació en Albuquerque, Nuevo México, en 1964. Tras graduarse en ciencias informáticas e ingeniería eléctrica en 1986 en la Universidad de Princeton, Bezos (el apellido es el de su padre adoptivo, el cubano Miguel Bezos, segundo marido de su madre) trabajó un tiempo en finanzas en Wall Street.

Pero en 1994 dejó Nueva York y se trasladó a Seattle, donde con un préstamo de US$300.000 que obtuvo de sus padres, fundó Amazon.

La empresa comenzó como una librería en línea en el garaje de Bezos hasta convertirse en uno de los grandes de internet.

Vendió su primer libro en julio de 1995.

Con el tiempo Amazon expandió sus operaciones a muchos otros bienes (CDs y videos, primero).

Más adelante incursionó en el terreno del empleo temporal, proveyendo una plataforma, Mechanical Turk, para poner en contacto a pequeños proveedores con clientes en busca de fuerza de trabajo intelectual humana a bajo costo.

Amazon también creó un exitoso negocio de venta de almacenamiento y capacidad de procesamiento en la nube (Amazon Web Services).

Y plantó bandera en el terreno de los dispositivos digitales móviles. Su lector electrónico de libros, Kindle, creó un nuevo modelo de compra y consumo de ese tipo de productos.

Ello le permitió además establecer un ecosistema digital en el que se vinculan dispositivo, tienda en línea y proveedores, junto con el resto de sus operaciones. Con esa primera experiencia, a fines de 2011 lanzó Kindle Fire, una tableta para empujar a los usuarios ya no sólo a los libros, sino también a la música, películas y juegos.

El éxito de Amazon también acarreó críticas. Algunos acusaron directamente a Bezos de haber dado el golpe de gracia a las librerías tradicionales.

"Cuando uno trae al mercado nuevas cosas y les gustan a los consumidores, eso crea cambios", le dijo a la BBC en octubre pasado, "y si uno forma parte de las estructuras establecidas ve el cambio con miedo, pero uno tiene que inclinarse hacia el futuro y aceptarlo".

Con los años no sólo se expandieron los negocios de Amazon, también lo hicieron sus cuentas. En 1996, las ganancias de la empresa ascendieron a US$15,7 millones. En dos años pasaron a US$610 millones.

Y en 2012 Amazon obtuvo ganancias por US$61.100 millones (27,1% más que en 2011 y unas 100 veces más que en 1998). Sin embargo, la empresa registró pérdidas de US$7 millones en el segundo trimestre de 2013.

El manejo de su dinero también ha sido puesto en cuestión. Legisladores estadounidenses han intentado controlar la forma en que Amazon evita pagar ciertos impuestos, gracias a maniobras legales en la forma en que distribuye sus ventas.

Las condiciones de trabajo en los almacenes de Amazon (largas horas, altas temperaturas) han sido otro imán para las críticas.

Alguna vez Bezos dijo: "Hay dos tipos de compañías, los que trabajan para tratar de cobrar más y los que trabajan para tratar de cobrar menos. Nosotros seremos del segundo (tipo)".

Más allá de Amazon

En 1999 la revista Time eligió a Bezos personaje del año y en 2011 el periódico británico The Guardian colocó a Bezos a la cabeza de su ranking de personas más influyentes en el mundo cultural.

Bezos también ha tomado posición en temas más cercanos a la órbita de la política en EE.UU.

En julio de 2012 Bezos y su esposa MacKenzie (trabajó con él en Wall Street), con quien tiene cuatro hijos, donaron US$2,5 millones para apoyar la campaña a favor de la ley de matrimonio homosexual en el estado de Washington.

Y aunque Amazon es claramente el emprendimiento más exitoso que ha encarado, no es el único.
En 2003 estuvo cerca de perder la vida al estrellarse el helicóptero en el que viajaba en el suroeste de Texas: estaba buscando un lugar para instalar la base de la compañía de exploración y viajes espaciales que fundó en 2000, Blue Origin.

También ha invertido dinero en un emprendimiento para recuperar el motor de la nave Apollo 11, que viajó a la Luna, y que se encuentra en el fondo del Océano Atlántico.

Y tuvo sus fracasos, como Amapedia, el intento de Amazon de competir con Wikipedia.

Su fondo de inversión Bezos Expeditions ha puesto dinero en AirBnB (intermediación para alquiler de cuartos vía internet), Makerbot (impresoras 3D) y Twitter, entre otros.

Y su primera participación en el mundo del periodismo llegó en abril con una inversión de US$5 millones de Bezos Expeditions enBusiness Insider, el medio en línea dedicado a noticias de negocios.

Ahora, el Washington Post

Ahora decidió invertir en el Washington Post, que ha pertenecido a la familia Graham por 80 años.

Su actual director ejecutivo, Donald Graham, dijo que el "probado genio tecnológico y de negocios de Jeff Bezos, su visión de largo plazo y su decencia lo hacen particularmente un buen nuevo dueño para el Post".

El Post ha estado "cayendo en circulación, especialmente entre lectores jóvenes", dijo a la BBC el analista de Horizon Media Brad Adgate.

De acuerdo con Alliance for Audited Media, dedicada a medir las cifras de venta de medios, el Washington Post era en 2013 el séptimo diario más popular de EE.UU., con una tirada de 474.767 ejemplares diarios, 6,5% menos que en 2012. Mucho menos aún que los 770.000 de 2002.

En junio de 2012 empezó a cobrar por acceso a sus artículos en línea, pero la estrategia no consiguió estabilizar sus flacas cuentas.

El año pasado el Post perdió US$54 millones, de los cuales US$43 millones correspondieron a contribuciones a fondos de pensión.

En una comunicación dirigida a los empleados del diario, Bezos dijo: "Internet está transformando casi todos los elementos del negocio de las noticias: redujo los ciclos noticiosos, erosionó las fuentes confiables de ingresos y dio espacio a nuevas formas de competencia, algunas que tienen muy poco o ningún costo en la producción de noticias".

Se espera que la venta se cierre en los próximos 60 días y a partir de entonces se empiece a ver con mayor claridad cuáles son los planes de Bezos para el diario.

Es posible que haya que esperar. Como dijo en la primera carta que escribió para los inversores de Amazon, en 1997, "todo está en el largo plazo".

Y es ciertamente algo que se toma en serio.

En 2012 invirtió US$42 millones en un proyecto para construir dentro de una montaña un reloj capaz de mantenerse absolutamente preciso por 10.000 años.

Deberían alcanzar para revitalizar el negocio del Washington Post, si eso es lo que Bezos quiere.