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| Foto: EFE

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Cientos de cocaleros acampan y mastican coca en plazas de Bolivia

A diferencia de 2010 cuando Morales se presentó en Viena y masticó coca en la sesión internacional, esta vez la "jornada nacional del acullicu (masticado)" tuvo menos apoyo de la población.

12 de marzo de 2012

Cientos de campesinos se congregaron en las plazas en varias ciudades del país el lunes y se dedicaron a masticar coca en coincidencia con la intervención del presidente Evo Morales que temprano en Viena ante la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas defendió los usos tradicionales de esa planta.

Los cultivadores acamparon en plazas de La Paz, Cochabamba, Sucre y otras ciudades donde junto con el masticado de coca exhibieron productos medicinales y alimenticios cuya elaboración está basada en esa hoja y algunos de los cuales Morales exhibió en su intervención ante la Comisión de la ONU.

"Queremos mostrar que la coca no es cocaína, es buena para la salud", dijo Nemesia Ortiz una cocalera del norte de La Paz donde la siembra de la hoja es legal.

La campaña internacional de Morales para que la ONU despenalice el masticado de hojas secas de coca no han dado resultado a pesar de la renuncia de Bolivia a la Convención de 1961 que la tipifica como estupefaciente y exhorta a eliminar esa práctica muy popular en este país andino, tercer productor de coca y cocaína después de Perú y Colombia.

A diferencia de 2010 cuando Morales se presentó en Viena y masticó coca en la sesión internacional, esta vez la "jornada nacional del acullicu (masticado)" tuvo menos apoyo de la población. Indígenas del oriente han criticado últimamente al mandatario por privilegiar a los cocaleros.

La defensa de la hoja de coca ha sido la causa de las luchas de Morales desde los años 80 cuando comenzó a dirigir los sindicatos cocaleros desde donde saltó a la política.

El canciller David Choquehuanca ha dicho antes que es una "injusticia histórica" que la coca esté "criminalizada" cuando en su estado natural tiene muchos beneficios. Vastos sectores de la población boliviana usan la hoja para aliviar dolores estomacales, disipar el hambre, el cansancio y para contrarrestar los efectos de vivir en la altura. También se usa en rituales.

Una despenalización del masticado permitiría al gobierno aumentar el consumo legal sobre todo en países vecinos como Argentina y Chile. Morales prometió a sus bases legalizar hasta 20.000 de las 31.000 hectáreas que actualmente existen. Una ley sólo permite la siembra de 12.000 hectáreas para usos tradicionales.

AP