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Cohete de Norcorea cae al mar; Obama pide sanciones

6 de abril de 2009

Estados Unidos y sus aliados se reunieron de emergencia el domingo en el Consejo de Seguridad de la ONU en busca de sanciones para Corea del Norte, después que el país asiático lanzó un cohete que aparentemente cayó en el océano Pacífico.

El presidente estadounidense Barack Obama, ante su primera crisis de seguridad internacional, y otros gobernantes criticaron de inmediato al líder norcoreano Kim Jong Il por amenazar la paz y la estabilidad de las naciones "cercanas y lejanas". Minutos después del lanzamiento, Japón solicitó la reunión de emergencia del Consejo en Nueva York.

"Corea del Norte violó las reglas una vez más al probar un cohete que podría ser utilizado para misiles de largo alcance", señaló Obama en Praga. "Esto crea inestabilidad en su región, en todo el mundo. Esta provocación subraya la necesidad de acción, no sólo esta tarde por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, sino en nuestra determinación para evitar la propagación de estas armas".

Horas antes, la misión de México ante la ONU había indicado que la reunión del Consejo iniciaría a las 3:00 de la tarde. México preside este mes el consejo, constituido por 15 países.

"Recibimos una carta (de Japón) y tendremos una reunión", anunció Marco Morales, vocero de la misión mexicana.

Pyongyang dijo que puso en órbita un satélite experimental de comunicaciones el domingo, el cual transmite información y canciones patrióticas. Sin embargo, funcionarios estadounidenses y surcoreanos afirmaron que todo el cohete, incluyendo el cargamento que llevaba, cayó al océano.

Quienes critican a Kim señalan que en realidad estaba probando un cohete balístico con capacidad de llegar a territorio estadounidense.

Por encima de todo, los miembros del Consejo buscan una respuesta unificada, y no esperan llegar a un acuerdo en torno a una nueva resolución, probablemente con mayores o nuevas sanciones, hasta más adelante en la semana, indicaron diplomáticos familiarizados con las negociaciones a puerta cerrada.

Aunque la nación comunista ha mantenido su actitud beligerante y amenazadora, al igual que cuando realizó una prueba nuclear subterránea y lanzó cohetes balísticos en años recientes, en esta ocasión Pyongyang demostró una mayor experiencia, lo cual podría complicar las sanciones mucho más que antes.

A diferencia de ocasiones anteriores, Corea del Norte alertó a la comunidad internacional del lanzamiento y la ruta que seguiría el cohete. Aprovechando un vacío en las sanciones que se le impusieron después de su prueba atómica del 2006, que le prohibieron realizar actividad con misiles, el gobierno aseveró que ejercía su derecho al desarrollo espacial pacífico.

En vista de que será difícil demostrar lo contrario, las objeciones de Rusia y China —los aliados más cercanos de Corea del Norte_, con toda certeza quitarán fuerza a cualquier respuesta contundente en la ONU. Ambas naciones tienen derecho a veto en el Consejo de Seguridad.

"Obviamente que la acción de hoy efectuada por Corea del Norte constituye una violación evidente", dijo Susan Rice, embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas. "Mi gobierno considera esto como un acto provocativo, y el día de hoy hemos estado haciendo consultas con nuestros aliados en la región y otros socios en el Consejo de Seguridad... para trabajar con miras a un acuerdo en torno a una acción colectiva firme".

Irán, que ha mantenido una relación conflictiva con la comunidad internacional en torno a su programa atómico, y se cree ha colaborado ampliamente con Pyongyang en tecnología de misiles, defendió el lanzamiento.

"Corea del Norte, como cualquier otro país, tiene el derecho a ir al espacio", afirmó la televisora estatal iraní en un comentario, e indicó que la "presión sobre Corea del Norte para que renuncie a su derecho indiscutible" es "injusta y deshonesta".

El lanzamiento fue realizado a las 11:30 (0230 GMT) desde la plataforma costera de Musudan-ri, en el noreste de la península coreana, informó el gobierno surcoreano. El cohete multietapas voló a toda velocidad hacia el Pacífico, alcanzando el espacio aéreo japonés en siete minutos, pero al parecer ningún fragmento cayó sobre territorio de Japón, dijeron el sábado funcionarios en Tokio.

Con información de AP