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COMIENZAN LOS DOLOROSOS

Terminó la luna de miel de la reunificación.

6 de mayo de 1991

CUANDO SE ACELERO LA unificación de Alemania, muchas voces se elevaron espantadas por los problemas que esperaban a la nación germana. Ahogadas en medio de la euforia del momento, esas voces señalaban que el costo del proceso sería exagerado, y pronosticaban que el desempleo y la desadaptación serían apenas algunos de los problemas que deberían enfrentar los alemanes orientales en su camino hacia el capitalismos. Esos temores se han confirmado demasiado pronto. La transición está registrando escasez de inversiones nuevas y el cierre de múltiples empresas incapaces de competir en el mundo capitalista. Las previsiones que hablaban de dos millones de desempleados podrían cumplirse este mismo año.

El gobierno del canciller Helmut Kohl ha enfrentado graves dificultades en las últimas semanas, incluida una manifestación de protesta en Leipzig. Oskar Lafontaine, jefe de la oposición, ha exigido la renuncia de Kohl. Pero lo más grave llegó el lunes, cuando Karsten Rohwedder fue muerto en Bonn. El asesinato, atribuido al ultraizquierdista Ejército Rojo, está plagado de connotaciones políticas, puesto que la víctima era el presidente de la agencia fiduciaria encargada del saneamiento y la privatización de las ocho mil principales empresas de la extinta RDA. La labor de la entidad ha llevado al cierre de más de siete mil fábricas, por lo que se señalaba a Rohwedder como la encarnación de la