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COMO FUE LA AMNISTIA EN VENEZUELA

Hace dos décadas el vecino país fue también teatro de intensas luchas guerrilleras. Sin embargo, sus protagonistas hoy están en el parlamento. ¿Cómo ocurrió esto?

15 de noviembre de 1982

El proceso venezolano de legalización de diversas fuerzas guerrilleras hace una década y su conversión en fuerzas políticas de importancia, guarda algunas similitudes con el caso colombiano actual. Un protagonista central de ese tránsito fue Teodoro Petkoff, dirigente hoy del Movimiento al Socialismo (MAS), principal partido de izquierda venezolana, con dos senadores y 11 parlamentarios. De 1962 a 1967 Petkoff formó parte de la dirección de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, brazo armado del Partido Comunista Venezolano. Tras largos años de clandestinidad y cárcel, Petkoff, desde 1974, es uno de tales parlamentarios del MAS y será el candidato presidencial para las elecciones de 1983 de dicha organización, en coalición con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), grupo que años ha también practicó la lucha armada.
La periodista venezolana Luisa Barros ha entrevistado en Caracas, para SEMANA, a Petkoff . El nació en Maracaibo en 1932. Licenciado en economía, desde 1949 adhirio al PCV, del que se retiró en 1970 para fundar, en compañía de otros miembros de aquel partido, el MAS. Petkoff ha es crito "Checoslovaquia: el socialismo como problema" (1969), "¿Socialismo para Venezuela?" (1970 y "Proceso a la Izquierda" (1975).
SEMANA: ¿Cómo fue el proceso de pacificación en su país?
TEODORO PETKOFF: Debemos partir de la derrota sufrida por quienes enarbolamos la bandera de la insurrección a comienzos de la década del sesenta. Era necesario para la supervivencia de las fuerzas revolucionarias pasar a otras formas de lucha política. Ese momento significó un tránsito complejo, difícil y dolorosamente emocional para quienes con tanta esperanza y no poca inocencia creían que la epopeya armada estaba fatalmente hermanada con la victoria. Por otra parte, en el país se sentían los reclamos de la pacificación y la amnistía, y el gobierno de la época presidido por Raúl Leoni no podía ser enteramente sordo a este reclamo, aunque debe decirse que factores de gobierno pugnaban por mantener una conducta represiva de brutal persecusión. Esto explica que, junto a las inclinaciones a cierta apertura pacifista, se mantenía la grotesca y repulsiva figura de los desaparecidos, los operativos antiguerrilleros, los centros de tortura y de muerte. En resumen, la pacificación se hizo posible porque a las presiones de las conciencias democráticas del país, incluidas las de Acción Democrática (AD), se sumó nuestra decisión inteligente y oportuna de rectificar y conquistar escenarios abiertos y legales de lucha. El gobierno, además, com prendió que no era una treta, sino el, comienzo de la apertura de un nuevo proceso de lucha política que arrancó con la curiosa situación de que los principales dirigentes permanecían en la clandestinidad, mientras que el conjunto del partido actuaba a través de una organización que expresaba el propósito aludido, en una organización denominada Unidad para Avanzar (UPA).
Este fue el verdadero comienzo de la incorporación a la legalidad. El gobierno decidió entonces autorizar a UPA para que actuara en las elecciones del 68. Sabemos que el gobierno de Leoni tuvo que vencer presiones de tradicional cuño gorila. Entretanto el MIR y otros grupos insistían en la lucha guerrillera, pero esta no era constante ni influía sobre la evolución general de los acontecimientos .
S: ¿En qué consistió la posición de Caldera?
TP: El facilitó en 1972 la incorporación a la legalidad de todos aquellos combatientes que lo quisieran, sin la amenaza del castigo a causa del pasado y sin distinciones en cuanto a la importancia o no de los grupos o individuos que se acogieran a esta fórmula. En algunos casos procedió a la depuración de los grupos más siniestros que querían el exterminio físico de los revolucionarios y que se habían atrincherado en los aparatos policiales y militares con vencionales.
Lentamente muchos de los revolucionarios que se habían negado a rectificar, terminaron por aceptar las condiciones fijadas por el gobierno de Caldera, algunos incluso desde la cárcel o el exilio. Por su parte, Rafael Caldera legalizó el Partido Comunista que ya no necesitaba de maquillaje para actuar en la política nacional y suspendió la persecución contra el núcleo dirigente del PCV, entre los cuales figuraban los evadidos de las cárceles y otros sometidos a procesos judiciales.
S: ¿Hubo algún cambio de importancia al tomar posesión de la presidencia Carlos Andrés Pérez?
TP: No. El curso del preceso se man tuvo y mientras los dirigentes principales de la insurrección permanecían ocultos, se crearon organizaciones dentro de la atomizada izquierda venezolana que comenzaron a actuar en la lucha política legal. Al venir un nuevo gobierno social cristiano, el de Luis Herrera Campinz, uno de sus primeros actos fue facilitar la legalización del sector más importante, aunque de modesta fuerza, que actuaba como grupo armado.
S: ¿Este proceso a fortalecido la democracia venezonala?
TP: Tras las atormentadas experiencias que brevemente he indicado puede decirse que se ha completado un cuadro que verdaderamente significa una transformación de las condiciones sobre las cuales se asienta el proceso político venezolano, transformación que no solo toca a la izquierda sino también a los adversarios de ésta. Sin esta transformación la democracia venezolana sería menos profunda. Hoy contamos con un clima nuevo y con casi una nueva cultura política que es la coexistencia antagónica de la izquierda y la derecha. Sin embargo esto ha sido posible porque los revolucionarios hemos hecho que la lucha por el poder para las mayorías sea identificada con la profundización de la democracia, a la cual no consideramos como un producto o monopolio de los sectores privilegiados, sino como una conquista popular frente a la cual no se puede ser indiferente. También podemos decir que los partidos burgueses comprendieron que no se podía corresponder a nuestra actitud con expedientes punitivos.
S: ¿ Cuál es el balance de ese período de reflexión en el cual; usted y su partido jugaron un papel decisivo?
TP: una vez señalé en mi libro "¿Socialismo para Venezuela?" que en el seno de viejo PCV existía la corriente de mayor porvenir dentro de la atormen tada izquierda venezolana. Tengo derecho ahora a sentirme satisfecho porque aquella frase resultó ser una poderosa verdad aun teniendo siempre presente lo que nos falta por alcanzar. El MAS se ha convertido no solo en la primera fuerza de la izquierda sino además es un soporte de inmensa significación en la necesidad de combatir las limitaciones que la democracia venezolana sufre. El curso abierto por nosotros ha sido en general seguido, aunque con fortuna desigual, por el resto de la izquierda y agregamos que no solo ha tratado de comprobar la justeza de unos supuestos lanzados hace tantos años, sino sobre todo de continuar enriqueciendo y desarrollando un pensamiento político que hoy no se contenta con la crítica y la negación de los viejos conceptos, ni con la demolición de la metodología revolucionaria, aveces tan necesaria, sino que intenta casi obsesivamente desarrollar un pensamiento político que supone la invención de la revolución venezonala, cosa muy distinta de la reproducción entre nosotros de procesos ajenos.
El hecho de haber sido la plana dirigente del MAS un núcleo que ha conocido todas las formas de lucha ha facilitado lo que a grandes rasgos podríamos resumir como una nueva teoría-práctica cuya eficacia continúa probándose hoy.