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Como en los viejos tiempos

El bloqueo a las aspiraciones presidenciales de Andrés Manuel López Obrador hace pensar que la democracia en México no ha avanzado tanto como se creía.

17 de abril de 2005

Apesar de todo, la fecha llegó. En la tarde del 7 de abril, la cámara de diputados de México, en una votación de 360 contra 127, le quitó el fuero especial al alcalde de México D.F. y líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador. Al hacerlo, pusieron en duda la participación del dirigente en las próximas elecciones presidenciales, y de paso echaron un manto de duda sobre la apertura de la democracia mexicana.

Los opositores al gobierno de Vicente Fox llaman a esto una "jugarreta política". Al fin y al cabo la popularidad de López Obrador, que alcanza el 45 por ciento, lo convierte en el candidato más opcionado a ganar las elecciones de mediados del próximo año.

Así como el sheriff de Nottingham expulsó a Robin of Loxley, más conocido como Robin Hood, de la ciudad obligándolo a recluirse en el bosque de Sherwood para alejar a un rival político que además gozaba del beneplácito del pueblo, se está recurriendo a una acusación legal que puede llevar a la cárcel al político más popular deMéxico.

La comparación de López Obrador con el héroe inglés, que robaba a los ricos para darles a los pobres, se aplica para las políticas sociales y la clara tendencia populista del líder del PRD que le han ganado la desaprobación de los sectores pudientes, económicos y políticos tradicionales del país.

López Obrador fue acusado de desacatar en 2001 una orden judicial de detener la construcción de una calle que llevaba a un hospital, por estar situada en terreno privado. El delito como tal no es grave y en teoría se puede pagar una fianza para evitar la reclusión. López Obrador también puede acudir a una ley de amparo para frenar una acusación, si se comprueba que el proceso está viciado jurídicamente. Pero el ahora ex alcalde de la capital mexicana se niega a apelar a estos recursos. "López Obrador quiere la cárcel, porque piensa que le va a ser políticamente útil. Un poco de cordura en el terreno legal le sería más útil que la cárcel", dijo a SEMANA el escritor y analista político mexicano Carlos Montemayor. Y además ha declarado en múltiples ocasiones que si su partido lo elige el candidato oficial, continuaría con su campaña desde cualquier lugar, así sea en una prisión.

Desde un principio el 'superalcalde' acusó públicamente al presidente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN), y a Roberto Madrazo, líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), de tratar de evitar a toda costa su participación en las elecciones presidenciales. Y en efecto fueron los diputados de estos dos partidos quienes votaron en su contra para destituirlo del cargo. "Roberto Madrazo quiere evitar su participación, ya que históricamente Andrés Manuel López Obrador ha sido su contendiente natural. Él hizo gestión para que se votara a favor del desafuero", dijo a SEMANA el politólogo Carlos Lugo. En cuanto al presidente Fox, según The Washington Post, estaría dispuesto a perdonar a López Obrador si los cargos criminales resultan menores. Aclaró que el caso no tenía una motivación política, sino que deseaba demostrar que nadie estaba por encima de la ley.

A partir del desafuero cuenta con 10 días para que el juez dicte la orden de captura, que hasta el cierre de esta edición no había sido declarada; y 10 días más para comenzar el proceso penal, que se estima no terminaría sino hasta principios del próximo año, época en la cual se inscriben oficialmente los candidatos a la presidencia de México. Por lo tanto el futuro político del líder de izquierda está en las manos de un juez.

Los seguidores de López Obrador, entre ellos gran número de intelectuales a nivel mundial, han expresado su desacuerdo con las acusaciones por medio de la 'resistencia civil pacífica'. "Muchos de los que condenan a López Obrador son culpables de delitos que seguramente justificarían la cárcel, y eso lo sabe todo el México lindo", declaró al diario mexicano La Jornada el premio Nobel portugués José Saramago.

El 7 de abril se reunieron en el Zócalo, en el centro de México, D.F. aproximadamente 200.000 personas a manifestar contra el desafuero. El ex alcalde llamó también a una marcha del silencio el próximo 24 de abril. Pero el temor de los analistas es que esta resistencia civil pueda llevar al gobierno a recurrir a la violencia. Ese sería el peor desenlace para una historia que comenzó mal.