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| Foto: AFP

Contra Cristina

El cacerolazo del jueves 8 de noviembre hizo retumbar las calles de Buenos Aires. Armados de ollas y cacerolas, los argentinos salieron a reclamar por la inflación, la corrupción y la nueva Ley de medios.

10 de noviembre de 2012

El cacerolazo del jueves 8 de noviembre hizo retumbar las calles de Buenos Aires. Armados de ollas y cacerolas, los argentinos salieron a reclamar por la inflación, la corrupción y la nueva Ley de medios. Pero el movimiento 8N, como fue bautizado, protestaba en general contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y, sobre todo, contra su posible reelección en 2015. El 8N nació en las redes sociales y pretendía ser una segunda versión del cacerolazo masivo del 13 de septiembre en la Plaza de Mayo. A través de grupos en Facebook, con nombres como El Anti K, cuentas de Twitter, páginas web y blogs, los organizadores del 8N convocaron a miles de manifestantes. Aunque se protestó directamente contra la presidenta, los participantes aseguran que se trató de un movimiento ciento por ciento ciudadano, sin vínculos a partidos políticos, que solo buscaba hacer notar el descontento general de la población con las medidas del gobierno. Kirchner ha respondido a los reclamos diciendo que “Estamos viviendo un momento de libertad de expresión nunca antes visto en la Argentina, estamos viviendo una democracia total”.