Home

Mundo

Artículo

| Foto: París Match

MUNDO

El copiloto alemán estuvo incapacitado por estrés y depresión

Según la prensa alemana el joven fue diagnosticado en el 2009 con Síndrome de Burnout (estrés laboral) y depresión. Sin embargo, la arerolínea dice que ya estaba bien.

26 de marzo de 2015

El fiscal general de Marsella, Brice Robin, reveló este jueves el enigma del accidente del avión de Germanwings, filial de Lufthansa, una de las aerolíneas más seguras del mundo. El copiloto, Andreas Lubitz, según Robin, “dirigió deliberadamente la destrucción del A320".

Andreas Lubitz hizo realidad su sueño de toda la vida: ser piloto de avión. Un sueño que, al parecer, él mismo convirtió en la pesadilla de 149 personas de 18 países, este martes 24 de marzo del 2015.

Tenía 28 años de edad y había nacido en Montabaur, en Renania del Norte-Westfalia, una población al paso de la vía ferroviaria entre Fráncfort del Meno y Colonia, informó en su portal la Deutsche Welle.

Según el Süddeutsche Zeitung, Lubitz no estaba casado y vivía en Montbaur, en casa de sus padres. Además, tenía un apartamento en Düsseldorf, la ciudad del aeropuerto a donde se dirigía el vuelo 4U9525.

Es mucho lo que ahora se dice en la prensa alemana sobre Lubitz. El semanario Der Spiegel entrevistó a amigos del copiloto, quienes aseguraron que en el 2009 tuvo que tomar una pausa laboral porque había sido diagnosticado con el síndrome de burnout (estrés laboral) y depresión.

El diario Bild, el de mayor circulación en Europa, aseguró que que esta pausa que se tomó Lubitz para su intervención duró seis meses. Este mismo diario habló con Karsten Spohr, presidente ejecutivo de Lufthansa, quien afirmó que "él superó todas las pruebas y exámenes. Sus capacidades para volar estaban al 100 %".

Un periódico local, Rhein Zeitung, habló con una vecina suya que contó que las primeras horas de vuelo que tomó el joven fue en Montabaur, un lugar de entrenamiento a 100 metros de la casa de sus padres. "Su máximo sueño había sido ser piloto. Una meta que logró", dice la mujer.

El joven tenía una experiencia de 630 horas de vuelo y había comenzado a trabajar en Germanwings en septiembre del 2013. Sin embargo, informa la prensa que hace poco regresó a Montabaur porque quería renovar su licencia de vuelo. Un amigo suyo de Segelflugclub LSC Westerwald e.V. le contó a Bild que el copiloto era un hombre muy silencioso, amigable y que nunca le dio la impresión de sufrir de problemas depresivos.

En esta escuela obtuvo su primera licencia para volar aeronaves sin motor, en el mismo lugar que la consiguió cuando era adolescente.

Ahora, los investigadores comenzaron a inspeccionar los dos hogares de Lubitz en busca de respuestas. Según informa la prensa local, varios agentes se encuentran en la vivienda que el joven tenía en la capital del estado de Renania diligencia que lleva a cabo la Fiscalía de Düsseldorf.

El fiscal del caso aseguró este jueves que Lubitz no estaba fichado por las autoridades judiciales francesas y apuntó que no se descarta la posibilidad de que se suicidara, dado que de forma aparentemente voluntaria, en sus palabras, inició el descenso del aparato y no respondió a las sucesivas llamadas de la torre de control.

"Normalmente, cuando te suicidas, te suicidas solo, por eso no he pronunciado esa palabra, pero efectivamente te puedes plantear legítimamente la cuestión", indicó Robin, para quien los elementos disponibles hasta la fecha no permiten afirmar que se trate de un atentado terrorista.

*Con información de DW, Bild, Süddeutsche Zeitung y The Spiegel