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Por el conflicto, más de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares. | Foto: AFP

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Costa de Marfil: un conflicto de meses parece acercarse a su fin

El avance de las fuerzas leales al presidente electo Alassane Ouattara, que ya llegaron a Abiyán, hace pensar en una pronta resolución del conflicto.

Alianza BBC
1 de abril de 2011

La crisis que envuelve a Costa de Marfil desde noviembre del año pasado parece estarse acercando a una resolución.

Las tropas leales al hombre que la comunidad internacional reconoce como el legítimo presidente electo del país africano, Alassane Ouattara, ya llegaron a la principal ciudad de Costa de Marfil, Abiyán, y en estos momentos están atacando la residencia fortificada del presidente aún en funciones, Laurent Gbagbo.

Según el corresponsal de la BBC, John James, estas parecen ser las últimas horas del gobierno de Gbabgo, en el poder desde 2000.

BBC Mundo le recuerda las claves del conflicto que durante casi cinco meses ha afectado al país que durante mucho tiempo fue ejemplo de estabilidad en el continente africano y que también es el principal productor mundial de cacao.

¿Por qué se pelea?
 
La respuesta es simple: por poder. Laurent Gbagbo no ha querido reconocer su derrota en la segunda vuelta de las elecciones celebradas en noviembre del año pasado, a pesar de que Naciones Unidas -que ayudó a organizar los comicios- dio por ganador a su rival, Alassane Ouattara.

Según Gbagbo, Francia -que tuvo a Costa de Marfil como una de sus colonias hasta 1958- está utilizando su influencia en la ONU para intentar deshacerse de él y proteger así sus intereses económicos, pero nadie le ha dado mayor credibilidad a esas acusaciones.

De hecho, varios analistas han destacado la unanimidad con que la comunidad internacional -incluyendo a la Unión Africana, la Unión Europea, Naciones Unidas y la Comunidad de Estados de África Occidental (Ecowas, por sus siglas en inglés)- se ha pronunciado a favor de Ouattara, exigiendo la salida del poder de Gbagbo e imponiendo sanciones en contra de su gobierno.

La Unión Africana incluso le dio hasta el 24 de marzo para que se fuera, pero el plazo se venció sin que ocurriera nada.

Varios días después, las fuerzas leales a Ouattara empezaron a movilizarse desde sus bases en el norte del país con dirección a Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil y el centro de poder de Gbabgo.

¿Qué tan violentos han sido los combates?

Por el momento es difícil establecerlo con precisión, pues la mayoría de los enfrentamientos se han producido en zonas alejadas.

Pero el rápido avance de las fuerzas de Ouattara sugiere que, durante los últimos días, estas han encontrado poca resistencia en su camino hacia Abiyán.

El miércoles se hicieron fácilmente con el control de la capital, Yamusukro, y con el importante puerto de San Pedro, que es clave para la exportación de cacao.

La ofensiva, sin embargo, se produce luego de meses de conflicto, período durante el que se han registrado varios episodios de violencia y asesinatos políticos.

Naciones Unidas acusó a las tropas de Gbabgo de disparar en contra de las zonas residenciales de Abiyán supuestamente habitadas por una mayoría de simpatizantes de Ouattara.

En esa ciudad también opera un grupo de simpatizantes de Ouattara que ha sido acusado de asesinar a partidarios de Gbagbo.

Según Naciones Unidas, al menos 500 personas han muerto como resultado del conflicto y cerca de un millón ha tenido que abandonar sus hogares.

Muchos de esos desplazados tienen acceso limitado a comida y abrigo, y viven en una situación que ha sido descrita por varias agencias humanitarias como “desesperada”.

¿Qué puede pasar?
 
Por el momento, todo parece indicar que los días en el poder de Laurent Gbagbo ya están contados.

La única pregunta es si el expresidente luchará hasta el final en Abiyán -lo que podría traducirse en un elevado número de muertos- o si optará por el exilio.

La Corte Penal Internacional se ha declarado dispuesta a investigar a Gbagbo por posibles crímenes contra la humanidad, por lo que de optar por la segunda opción Europa y el resto de Occidente no parecen ser un destino probable.

Pero algún país africano podría ofrecerle asilo al mandatario que se niega a dejar su cargo.

Por ejemplo, el presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, siempre ha sido un aliado cercano.

Y aunque este viernes, se reportan combates cerca de la residencia de Gbagbo, el mandatario en funciones no ha aparecido en público desde hace semanas y no se sabe si se encuentra en el complejo fortificado.

Uno de sus portavoces, Abdon Georges Bayeto, le dijo sin embargo a la BBC que la rendición y el exilio no estaban entre las opciones consideradas por Gbagbo.

"El presidente no va a renunciar. Fue electo para un período de cinco años y está dispuesto a luchar", declaró.

Pero según el corresponsal de la BBC, John James, el pánico parece estarse apoderando de los partidarios de Gbagbo, especialmente luego de la decisión del jefe de su ejército, General Phillippe Mangou, de buscar asilo en la embajada sudafricana.